En una categoría en la que se decide todo por pequeños detalles, las expulsiones se pagan caro. Bien lo sabe el Real Zaragoza, que, hasta ahora, ha sufrido un total de seis en apenas 24 encuentros de liga. De hecho, esto ha provocado que el conjunto aragonés sea el tercer equipo con más tarjetas rojas vistas en lo que va de competición. Y es que solamente es superado por el Deportivo Alavés (7) y el Racing de Santander (9) en ese ranquin. Pese a que una de ellas sea la mostrada a Radosav Petrovic al término del encuentro en Burgos, la estadística es más que preocupante para los hombres de Fran Escribá.
La relación del cuadro blanquillo con las expulsiones es bastante complicada. Y es que, por el momento, el Real Zaragoza no ha conseguido ganar en esta temporada en los partidos en los que se ha visto una tarjeta roja. Es decir, ya no sólo no ha conseguido la victoria en los encuentros en los que ha estado en inferioridad, sino que tampoco ha sabido ganar en los cuatro duelos en los que se ha enfrentado a rivales con, como mínimo, un jugador menos.
El reflejo de esta pésima correlación puede ser el partido frente al Deportivo Alavés en el Estadio de Mendizorroza. Pese a la tempranera expulsión de Benavídez en el minuto 37 del primer tiempo, el Real Zaragoza no pudo ni conservar el empate con un futbolista más sobre el terreno de juego. Y es que una obra de arte de Jason Remeseiro le acabó dando los tres puntos al conjunto babazorro en el que sería el último día de Juan Carlos Carcedo al frente del banquillo maño.
La explicación a este problema es, sin duda, la falta de profundidad del Real Zaragoza en ataque. De hecho, el conjunto aragonés solamente ha anotado un gol en los cuatro partidos con un futbolista más. Este dato evidencia claramente la dificultad de los blanquillos para generar ocasiones de peligro cuando las líneas defensivas de sus rivales están situadas en bloque bajo.
Sin duda, cambiar esta estadística debe ser uno de los deberes de Fran Escribá a partir de ahora. Es evidente que las tarjetas rojas son algo usual en el fútbol de alta competitividad, pero el cuadro aragonés debe aprender a evitar expulsiones absurdas como, por ejemplo, la de Alejandro Francés en Leganés. Y es que, si esto no cambia, estos errores infantiles pueden perjudicar a la larga al equipo. Por otra parte, también debe tratar de explotar al máximo la superioridad numérica cuando se juega con ella, algo que Juan Carlos Carcedo no logró conseguir en toda su etapa como técnico zaragocista.