La Marea Azulgrana respondió a la llamada de la SD Huesca y engalanó El Alcoraz rememorando tiempos pasados.
La Marea Azulgrana, clave en el partido de vuelta | Foto: Cordón PressLa tarde del domingo en El Alcoraz tenía tintes de “grande” desde sus inicios. El goteo incesante de aficionados durante la semana desfilando por las oficinas azulgranas hacía prever un casi lleno en las gradas. El cartel de “no hay billetes” no se colgó por apenas tres centenares de localidades, que no deslucieron una magnifica tarde de fútbol para una afición falta de citas importantes.
El griterío, las colas en la barra de los bares, los pasillos de preferencia repletos de gente y el humo de algún que otro puro que se sumaban a los habituales, generaban una sensación que no se vivía desde aquellos enfrentamientos al Córdoba, Écija, Cádiz o el derbi ante el Real Zaragoza.
La afición respondió a la llamada y estuvo a la altura de ella. Desde la directiva, pero sobre todo desde el banquillo, se reclamaba la presencia de una Marea anestesiada tras dos años en la categoría de bronce.
El reto que se plantea ahora es el definitivo: 90 minutos separan al equipo de las mieles del fútbol profesional. El Nástic de Tarragona ya ha confirmado el envío de 575 entradas (de 14.591 localidades totales) para los aficionados oscenses que quieran apoyar a su equipo en tan trascendental cita.
La ilusión y las emociones mueven montañas y eso es precisamente lo que puede aupar a un equipo que tiene el ansiado objetivo al alcance se su mano. No les dejemos solos ahora.
[ad name=”Anuncio para Artículos”]