Las condiciones meteorológicas siguen sin acompañar a los militares del Grupo Militar de Alta Montaña (GMAM) de Jaca en su expedición a la cima del Honbroc Peak. Su objetivo es abrir una vía que llevará el nombre ‘Comandante Fernando Yarto’. El problema es que desde la tarde del domingo reciben una “lluvia caliente permanente” unido a la ISO 0 -referencia sobre la evolución de las masas de aire- a 6.000 metros de altitud, indica el subteniente Adriano Martín Cófreces. Por la noche, cesa la llovizna, pero las temperaturas elevadas incluso aumentan. De hecho no han descendido de los 9 grados sobre 0 a mas de 4.100 metros de altitud.
A pesar de ello, el grupo militar mantiene su intención de seguir por la ruta elegida. Su depósito de material está en el punto más alto alcanzado del glaciar con todo lo necesario para establecer un campo de altura entre el caos de seracs. Ahora, añade el subteniente, necesitan encontrar un lugar seguro para emplazarlo, que les permita no tener que cruzar a todos los componentes de la expedición el glaciar y todas las jornadas. De no ser así, “estamos comprando muchos boletos en este laberinto de hielo inestable. El glaciar cada día tiene más movimiento y da serias muestras de inestabilidad”, explica.
Con esa idea salió de noche el equipo de cuatro personas que va a trabajar este lunes 8. Como todos los días, es necesario durante el ascenso cambiar y revisar uno a uno todos los anclajes recolocados en el descenso del día anterior debido a las malas condiciones. Lo que se encuentras son tornillos sueltos, flojos, agua corriendo por ellos. La derivada es un avance más lento. “Las cuerdas fijadas están mucho más tensas que de costumbre, lo que es un aviso de que la madre naturaleza sigue su curso y el movimiento es patente”, recalca Adriano Martín Cófreces.
Grietas cada vez más grandes
La llegada a la última parte equipada es por una travesía sobre un serac colgante que finaliza con un espectacular paso a caballo sobre el hielo vivo. Una rápida evaluación indica que todo esta en muchas peores condiciones que hace dos días. Las grietas han aumentado su tamaño de manera considerable y el ‘estrecho’ serac sobre el que obliga a franquear la ruta, “hoy ruge mas de la cuenta. Cuesta imaginarlo si no se está sobre este fracturado glaciar, por mucho que te lo cuenten o veas increíbles fotos, pero el movimiento es palpable. En uno de esos crujidos, mientras se comienza a progresar desde el depósito, el desplazamiento se nota de tal manera que incluso la tienda de campaña se mueve y los pies vibran“, describe el subteniente.
En esta situación, la decisión de continuar o retroceder y buscar otro itinerario es difícil de tomar, pero la filosofía y objetivo principal marcado por el GMAM para la expedición no es otro que volver todos sanos a casa, aún por encima de la cima. “Las montañas siguen ahí pero la vida humana es efímera y única. Decisión dificil pero necesaria, las condiciones han empeorado de manera considerable y se considera que no es responsable seguir por esta ruta. Se antoja excesivamente arriesgado y expuesto este caótico y peligroso glaciar. Definitivamente, nos vemos incapaces de asumir tanto riesgo para cruzar el laberíntico glaciar”, explica.
Tras una breve llamada por radio con el grupo que viene de camino al Campo Base Avanzado y confirmando el cambio de plan han desmontado el depósito. Y el regreso no fue fácil. El descenso es entre crujidos y algún desprendimiento sin consecuencias.
Una vez todos los miembros de la expedición se reunió en el Campo Base, tras descargar las abultadas mochilas, parecidas a pesadas cargas de acémilas, se tomó la decisión de comenzar desde cero. Toca valorar otras alternativas.