HUESCA | El entrecomillado de Dani Osanz no dejaba la más mínima duda sobre su participación en la OCC de la UTMB: “Lo he dado todo hasta que el cuerpo ha dicho basta”. El de Jaca llegó de Chamonix cargado de ilusión. La UTMB es la prueba de las pruebas del mundo trail. Sin duda, la carrera más mediática. Y con esa premisa rodeada de mística y de polémica. Es un impresionante circo lo que se mueve en estas montañas y Osanz llegó cargado de ilusión. Buena parte de su calendario lo ha enfocado a esta prueba. En verano estuvo durante tres semanas conociendo los tramos, preparando el recorrido. Y luego en las montañas cercanas a Jaca. Con cargas de entreno diseñadas para ese medio centenar de kilómetros.
Llegó a Chamonix el domingo, cerca de la carrera celebrada este jueves. Lo más cercano posible a la carrera para templar nervios. Salió con el dorsal 6.008. Es decir, el octavo favorito de quienes se pincharon el dorsal, casi 2.000 corredores. Su objetivo era ser Top-10. Y con esa ilusión se lanzó a las 8.15 de la mañana desde la localidad de Orsieres, en el cantón de Valais, (Suiza). Por delante 53 kilómetros y 3.100 metros de desnivel hasta Chamonix. Pero cerca de la meta, a la altura del paso de Argentiere, hacia el kilómetro 40 de carrera abandonó cuando era Top-20. En una declaraciones previas a Trailruning Review, Osanz calificó la distancia de “bonita, que igual cuesta un poco menos preparar, entre comillas, que las largas, y con muchísimo nivel. Está el campeón del mundo de la distancia y otra gente de muchísimo nivel así que va a ser un día duro”. Su táctica era ir hasta Trient -kilómetro 24, aproximadamente, calmado y a partir de allí ir a por todas. Pero no pudo ser.