JIM no es un tipo de grandes frases. Su discurso es directo, sin demasiados alardes ni construcciones complejas. Sabe decir mucho diciendo poco al mismo tiempo. Es difícil discrepar con su mensaje, sensato, capaz de hacer feliz a todo el mundo. Cuesta verle profundizar en la lectura del juego, como si resolver preguntas fuera un desafío que practica mejor en la intimidad. Como si la táctica fuera una obra secreta, en la que debe esconder todas sus cartas. Una jornada más, en su intervención en rueda de prensa, repasó la actualidad del Real Zaragoza, en la previa del enfrentamiento ante el Tenerife. Una mañana más, supo hablar sin decir mucho.
JIM inició su rueda de prensa con una mención para el Sevilla, el próximo rival en La Copa: “Es un rival de Champions y un partido muy bonito. Es un aliciente para toda la ciudad y la afición”. También quiso valorar el contexto del duelo frente al Tenerife: “El partido tiene muchas connotaciones. Termina la primera vuelta, con esa pequeña remontada que hicimos en el último mes. Más allá del triunfo en La Copa seguimos fastidiados por lo que pasó ante el Almería. Lo queremos cambiar ante el Tenerife”.
Las palabras de Adrián González, la diplomacia de JIM
Quizá uno de los mayores protagonistas de la semana fue Adrián González. Por su actuación ante el Burgos, por su gol en Romareda y por las palabras que llegaron después. En un tiempo en el que el discurso de los futbolistas se vuelve mecánico, autómata y sin grandes reflexiones, Adrián contó su verdad. Con una naturalidad casi desgarradora, dijo que vivía su peor momento como futbolista. Por mucho que solo piense en el presente, no pudo garantizar que seguirá siendo zaragocista después del mercado invernal. Juan Ignacio Martínez ofreció como respuesta su versión más conciliadora.
“Adrian para mí es un profesional. Con él debo reconocer que hay algo especial. Por la trayectoria deportiva y la relación con su familiar. Soy la persona más injusta con el grupo. He hablado muchísimo con él este último año sobre su situación. Adrián me ha demostrado que me va a dar lo máximo para el tiempo que lo necesite.”
JIM sonrió cuando le preguntaban por el cariño especial que le ofrece a un futbolista que siempre lo necesita: Nano Mesa. Su respuesta, por mucho que no fuera original, tuvo un matiz simpático: “Nano está perfecto para jugar. El problema es que el árbitro solo nos deja jugar con once”.
Como es capaz de resolver con elegancia las preguntas más comprometidas, el técnico evitó hablar de las posibilidades que ofrece el mercado en cuanto a llegadas o salidas. Se despidió amable, con una sonrisa, como si hubiera resuelto bien la cita. Un año después, la afición sigue creyendo en su palabra: leal, sincera y sin pliegues. A nadie le importa que sus ruedas de prensa se parezcan demasiado las unas a las otras. Tampoco que se puedan resumir con una frase célebre de un técnico legendario como Arsenio Iglesias: “Mucho que decir y poco que contar”.