ZARAGOZA | El Real Zaragoza ha decidido ponerle fin a la fuga de talentos con una medida radical: obligará a los canteranos y a sus familias a firmar un compromiso de permanencia. Al mismo tiempo, una generación de campeones se deshace en su filial, con las salidas de Iván Castillo y Javi Hernández como ejemplo. Cerca de 30 canteranos han abandonado las instalaciones de La Ciudad Deportiva para alcanzar otras canteras en las últimas siete temporadas. Si esa es la mayor derrota de la cantera, pocos triunfos serán tan simbólicos como el doblete conseguido por el equipo de Iván Martínez en 2019 (Liga en División de Honor Juvenil y Copa de Campeones). De ese equipo ganador resisten cuatro futbolistas en el primer equipo y todo indica que el curso se iniciará con solo tres jugadores de esa quinta en el filial.
La protección de la cantera era una solución necesaria. El Real Zaragoza ha escrito la identidad de las últimas temporadas a través de La Ciudad Deportiva: su supervivencia y también la promesa de un futuro mejor. Francho Serrano, Alejandro Francés e Iván Azón fueron las primeras piedras de la nueva propiedad. A esos tres nombres les siguen Marc Aguado, Miguel Puche y Carlos Nieto como representantes de la cantera en el primer equipo. Y mientras se espera que Pau Sans sea el primero de la generación que viene, el Zaragoza ha dejado escapar a muchos de los futbolistas en los que sí creyó Iván Martínez antes.
La decisión propuesta por Ramón Lozano tiene el respaldo institucional, pero abre un marco legal y moral en el que se esperan conflictos con las familias. La ley siempre se vuelve compleja al tratar con los derechos de un menor, por mucho que en este caso la rúbrica sea directa de sus tutores legales. En un contexto legal muy concreto, el nuevo modelo afecta al derecho de libre circulación de los particulares. El compromiso funcionará como un contrato vinculante y tendrá el valor de un peaje en caso de que las familias quieran irse de Zaragoza, seducidos por otras canteras. De esa forma, se espera que el compromiso pueda servir para ahuyentar las primeras ofertas, pero no para reducir a cero las salidas.
En el filial del Real Zaragoza se mira la marcha de Javi Hernández e Iván Castillo con el valor de una derrota. El primero siempre pareció el chico más mayor de la clase. Un líder leal y protector, contundente en el juego y ejemplar en la defensa del área. Castillo fue muchos jugadores en uno solo. Tuvo despliegue, compromiso y capacidad para conducir y llegar al área. Vio de cerca el primer equipo, pero se quedó a un paso del estreno. Entre los dos suman más de 200 partidos en el filial y con su salida da la impresión de que se pone fin a una época. En el Deportivo Aragón, solo Guillermo Acín, Andrés Borge y Mario Benedet permanecerán un curso más.
El club propone una solución para proteger su cantera, para evitar la fuga de talento. Lo hace en unas fechas muy concretas, en las que el filial se deshace y cambiará su rostro. Y el Zaragoza escribe, en tiempo real, su propia paradoja.
me parece muy bien lo que quieren hacer. pero se tendrían que poner el zaragoza y otros equipos del mismo nivel futbolistico ( huesca, monzón,stadium,…..) de lo que hacen ellos cuando a equipos de menos nivel o de pueblos (que no tienen los mismos recursos para sacar futbolistas mas que nada por población), se llevan jugadores que les interesan solo mediante una llamada de telefono al jugador o al padre del jugador sin estos (clubs) percibir ni un siquiera gracias. “cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar” o
“quien se pica, ajos come”. es mi opinión