Rubén Baraja realizó su último servicio como entrenador del Real Zaragoza haciendo debutar a Iván Azón frente al Tenerife. Por delante de nombres como Haris Vuckic o Raí, el zaragozano saltó al campo del Heliodoro Rodríguez López con la responsabilidad de darle la vuelta a un marcador que ya no se movería.
Hace dos jornadas, era Francho Serrano quien alcanzaba el sueño del debut; ayer fue el turno de otro campeón de España juvenil, de Iván Azón. Seguramente, ayer, nadie esperaba la aparición del delantero zaragozano de tan solo 17 años (cumple los 18 el 24 de diciembre). Su convocatoria de por sí ya llamó la atención, pero sus minutos no dejaron indiferente a nadie.
Declaración de intenciones de Baraja
Contra el Tenerife se corroboró el distanciamiento del entrenador del Real Zaragoza con varios de sus jugadores. Más allá de la arrojadiza rueda de prensa posterior al partido del técnico vallisoletano, el debut de Azón por delante de hombres con más peso en el vestuario sirvió para lanzar un claro mensaje. Nadie duda de la capacidad de Iván para jugar con el primer equipo; sin embargo, lo que más sorprendió de su debut ayer acabó siendo la posición en la que deja a varios de sus compañeros. El más señalado: Haris Vuckic.
Con la aparición de Iván Azón, Baraja edulcoró un preocupante problema en el seno del vestuario maño. Todo apunta a que el crédito de El Pipo se ha agotado por completo –si no lo estaba ya– tanto por parte de la afición como por parte de sus propios jugadores que no terminan de casar con una idea de juego que les hace peores.
Iván Azón, nada que envidiar
La carta de presentación de Azón fue clara. Delantero centro con una gran inteligencia posicional, hacedor de un pragmático uso de su cuerpo y con un refinado olfato de gol.
Aunque ayer no marcara el gol que hubiera redondeado su debut, Azón no se quedó lejos de hacerlo. Pasada la hora de juego, Igbekeme le ponía un centro lateral que superó a la defensa tinerfeña y encontró a un Iván Azón que hizo todo bien menos el remate. El desmarque fue perfecto, indetectable para los rivales, pero a la hora de rematar no consiguió conectar la bota con el balón. La ocasión más clara del Zaragoza se la apuntaría el canterano maño.
A pesar de no entrar demasiado en contacto con el esférico, Iván realizó un interesante partido en sus movimientos y desmarques para tratar de generar peligro. Asimismo, generó dos faltas recibiendo de espaldas y los dos balones aéreos que disputó los ganó.
El delantero zaragozano sustituyó al apagado Gabriel Fernández al descanso para aportar esa garra e ilusión que parecía faltar en sus compañeros. Quién sabe cuántos partidos más jugará Iván Azón este año con el primer equipo. Lo que está claro es que cuando los protagonistas sobre el terreno de juego son los canteranos del Zaragoza, el hambre y la pasión con el león en el pecho no se discuten.