Una vez conseguida de forma matemática la permanencia, el Real Zaragoza no debe perder un solo segundo antes de activar la maquinaria del próximo proyecto. Un proyecto que debe girar, sí o sí, alrededor de la figura de Víctor Fernández, el hombre que ha evitado el mayor desastre de la historia del club y que, además, cuenta con el beneplácito del zaragocismo. Por eso, es el momento de que todos los estamentos del club muestren sus cartas, porque Víctor ya ha puesto sus condiciones encima de la mesa. El técnico tan solo reclama poder sentarse con los principales del Real Zaragoza, contar con un proyecto acorde tanto a la historia como a la situación coyuntural de la entidad, consciente siempre, por supuesto, de sus limitaciones económicas, y, como es lógico, poder participar en la toma de decisiones deportivas. Un marciano ya habría dicho sí a Víctor, pero en el mundo terrenal, a lunes 27 de mayo, la pelota sigue todavía en el tejado del club.
Lo cierto es que durante la semana pasada Cuartero y Lalo se vieron con Víctor, le trasladaron su idea de club y la intención de prolongar su presencia en el banquillo. Una buena forma de empezar a hablar de futuro si no fuera porque en esas reuniones no apareció, por ejemplo, el nombre de Etinof. Sí, el director deportivo ya tenía cerrado a un jugador para la próxima temporada y a Víctor no se le comunicó quién era. Aquí aparecen dos opciones, o bien a Lalo se le olvidó comentárselo a Víctor, que no parece muy profesional, o bien se lo escondió, que sería mucho más grave. Al entrenador no le gustó enterarse por los medios de los detalles de una operación a la que él no podía ponerle nombre y apellidos. Afortunadamente, la salvación matemática y el entorno favorable del mister para su continuidad han serenado los ánimos, pero este tipo de circunstancias no ayudan lo más mínimo.
Lalo Arantegui tiene que pronunciarse, tiene que manifestar públicamente que Víctor es su entrenador y, lo que es todavía más importante, entender que no es un entrenador más, si no el mejor de la historia del Real Zaragoza y la solución a los errores de principio de temporada en la elección de Idiakez y Lucas Alcaraz. El técnico del barrio Oliver, además, valora la capacidad profesional de los miembros de la dirección deportiva, pero quiere sumar en la confección de la plantilla, aportar su opinión y trabajar en equipo, así que por su parte no hay ningún problema para que Lalo y Barba sigan en sus puestos.
En lo que respecta al club, los principales ya conocen también que Víctor espera una reunión que allane el camino, que dibuje las líneas maestras del proyecto para que su continuidad sea una realidad. No se trata de fichar a Messi o Cristiano, ni siquiera de tener 10 millones de euros de presupuesto para la plantilla, si no de darle sentido a la importancia de Víctor para el Real Zaragoza, cuya dimensión excede la de un simple alineador. Es el mejor entrenador posible, pero también el portavoz de un club que le necesita como el comer. No quiero ni pensar cómo sería el día después del Real Zaragoza si al final Víctor se ve obligado a hacer las maletas y emprender el camino de regreso a Galicia a casi mil kilómetros de La Romareda, pero sí que tengo claro que la onda expansiva sería de unas consecuencias incalculables.