El Real Oviedo camina feliz esta temporada en Segunda División. 7 jornadas más tarde, ha completado su mejor inicio en la categoría en sus últimos 20 años.
Cuco Ziganda se ha asentado en uno de esos banquillos especiales, marcados por la presión ambiental del Tartiere y por el peso de la historia. No parece una casualidad que el dictado del público tenga tanta relevancia en Oviedo. Hace 11 años, el club caminaba hacia la desaparición. Y fue precisamente la afición quien salvó al club de un final sin remedio.
El Oviedo evitó la quiebra
El Real Oviedo vivió por encima de sus posibilidades y se encontró con una situación límite en 2012. En 15 días debía recaudar 1´9 millones de euros para evitar la liquidación. Toni Fidalgo asumió el cargo de presidente y estuvo al mando de una comisión gestora de urgencia. En poco tiempo, encontró la respuesta en masa de la gente. Aquello fue mucho más que fútbol: sirvió como un fenómeno social, casi como un experimento sociológico. Los aficionados compraron acciones de su club por cantidades cercanas al millón de euros. El poder de las redes contribuyó a que el hashtag SOS Real Oviedo llegará a todas las partes del mundo.
En la salvación del club se implicaron figuras reconocidas del deporte, de la música y de todos los planos de la sociedad. También contribuyeron algunos equipos históricos de Primera, e incluso su máximo rival, el Sporting de Gijón. Los medios de comunicación dieron una amplia cobertura de la respuesta de una ciudad que no toleraba la demolición de su club.
La intervención de Carlos Slim, la salvación del Real Oviedo
Carlos Slim, dueño de una de las fortunas más grandes del mundo, había estudiado previamente la entrada de su grupo inversor Carso en la salvación del club. Al saber del interés del magnate, la Cadena Cope realizó una broma telefónica que quedó para la historia. Arturo Elías, su yerno y director de alianzas estratégicas del imperio de Slim, fue el receptor.
Aquella llamada y el estudio analítico de las posibilidades que ofrecía el club, permitió la entrada del grupo mejicano en la sociedad. En solo unos días, el interés se convirtió en una inversión de 2 millones de euros. A su llegada, Arturo Arias fue recibido como un mesías y aquella fotografía permanece en la memoria de todos, como el instante de una salvación colectiva.
Siete años en Segunda
Ha pasado el tiempo y en la ciudad asturiana se ha apaciguado el fervor por el regreso a Primera. Siete temporadas después de su vuelta a la categoría de plata, prepara ese asalto en silencio, como si tuviera miedo de pronunciar su ascenso. Cuco Ziganda moldea un equipo vertical, sólido y bien trabajado. Es octavo en la tabla y prepara su llegada a La Romareda, con los goles de Borja Bastón y la vuelta de Jorge Pombo como incentivos.
El Zaragoza se mide a un histórico en La Romareda y comparte ciertas similitudes en algún episodio de su historia y la voluntad de volver a Primera. La supervivencia del Zaragoza, a estas alturas de la jugada, tampoco se entiende sin su masa social y sin la manifestación popular de 2013. A ambos clubes les separa, eso sí, su palmarés: el Oviedo nunca fue un equipo tan ganador como el club aragonés, y en su vitrina solo aparecen títulos de Segunda y una Copa de la Liga en 1985. Más allá de eso, el equipo carbayón firmó en 2012 una victoria que queda para siempre.