ZARAGOZA | El Real Zaragoza se mide al Almería en un domingo de fútbol, en una tarde esperada y una jornada de puro zaragocismo. El equipo de Víctor Fernández se enfrenta a un Almería lleno de talento individual, aspirante en los nombres, truncado en el inicio. Llega en puestos de descenso, con Rubi en el alambre y muchos nombres en su arsenal. Predomina la sensación de que es el PSG de la categoría. Es el mejor equipo que el dinero puede comprar en Segunda División, pero de momento ha sido incapaz de funcionar como un equipo. Aún así, el peligro está servido: nunca se sabe cuando se puede despertar a la bestia, especialmente si hay un guerrero al acecho.
El término tiene un nombre propio en Zaragoza. Lo acuñó Víctor Fernández para Luis Suárez, que fue ídolo durante un curso en La Romareda. Dejó la impresión de ser un huracán, un futbolista con sueños de gigante. Ha marcado goles en todos los lugares en los que ha estado, desbocado siempre en la carrera, solo retenido por una lesión de la que ahora está volviendo. Habrá muchas emociones en un tipo que demostró ser pasional, querido desde el primer día, enamorado de La Romareda en todas sus ediciones. Víctor Fernández le dedicó palabras bonitas en la previa y espera, como quien pide un milagro, que el colombiano de Santa Marta “no corra mucho”.
El peligro no acaba en Suárez, sino que otros nombres copan también las miradas: Sergio Arribas, Arnau Puigmal o Nico Melamed son futbolistas de otra liga. La receta del Zaragoza la sirvió Víctor Fernández: volver a ser un equipo valiente y decidido, enérgico y con capacidad de respuesta. En definitiva, no dejar de ser el mismo. Y será más complicado sin Mario Soberón, que ha demostrado ser el camino más corto hacia los tantos. Su baja por lesión trastoca la propuesta de Víctor, aunque maneja alternativas para acompañar a Samed Bazdar.
Las opciones del Real Zaragoza
Entre las opciones, Alberto Marí parece un recurso habitual, quizá más beneficiado por los ojos del técnico que por el veredicto de los aficionados. Si se escuchan las palabras de Víctor Fernández, todo indica que el sitio de Iván Azón es el de las segundas partes, por mucho que su incidencia directa le haga ya acreedor de una primera. Otras opciones parecen más extrañas: situar a Pau Sans en su lugar preferido, cuando la temporada le da más opciones en la banda. Entre ellas también está Ager Aketxe, al que le conviene acercarse al disparo y la portería.
La línea defensiva no admite demasiadas dudas, asentada ya a través de un matrimonio central y con dos laterales que son una certeza. Lluís López y Bernardo Vital se complementan y tienen ya el aspecto de una pareja consolidada. En las alas, Calero progresa con su fútbol de atleta y Tasende con su zurda de seda. En la media, las dos vacantes libres parecen ya una quiniela. Toni Moya nunca ha sido titular junto a Keidi Bare o Marc Aguado, de la misma forma que Francho nunca ha ocupado el once junto a Marc Aguado o Keidi Bare. Se estima que la estadística podría romperse por uno de los lados, con Keidi Bare y Toni Moya entre los mejor situados.
Al margen de los nombres, la receta parece clara. Una propuesta atrevida y valiente, que sirva para vencer y recuperar El Municipal. El Zaragoza tiene un tesoro en su estadio, un lugar que le puede hacer sumar todas sus cuentas. También en su cantera, con una Ciudad Deportiva que cumple ya 50 años. Enfrente estará un gigante dormido, bueno en el ataque individual, débil en las defensas colectivas. Luchará además ante un enemigo conocido, un Luis Suárez que hizo acariciar un sueño. Para volver a tocarlo, el Zaragoza lo tiene claro: La Romareda debe ser su imperio.
Posibles alineaciones:
Real Zaragoza: Gaëtan Poussin; Iván Calero, Bernardo Vital, Lluís López, Dani Tasende; Toni Moya, Keidi Bare, Pau Sans, Adrián Liso, Ager Aketxe; Samed Bazdar.
UD Almería: Luís Maximiliano; Alejandro Pozo, Chumi, Edgar González, Álex Centelles; Dion Lopy, Iddrisu Baba, Arnau Puigmal, Nico Melamed, Sergio Arribas; Luis Suárez.