Llega el ocaso de una pretemporada en la que ha costado más tiempo del deseado confeccionar la plantilla de la SD Huesca. Se ha pasado de semanas en las que no se cerraba ningún fichaje, a estas últimas en la que están llegando jugadores que están encandilando a la afición y llamando la atención de muchas partes del país. Pero ni hace tres semanas pintaba tan negro ni ahora podemos pensar que vamos a arrasar. Hay un término medio. Solemos dejarnos llevar por la emoción del momento y perdemos un poco la perspectiva general de la situación.
La dirección deportiva está haciendo los deberes, aunque aún le quedan por cerrar posiciones importantes como la de los centrales y la delantera. Posiciones muy importantes que si al final no se cierran adecuadamente pueden dejar al equipo muy cojo.
Se ha conseguido atraer a jugadores de mucho talento, que mezclan veteranía y juventud, que están llamados a marcar diferencias. Sin embargo, ya tenemos experiencia en esta categoría y sabemos que es una competición larga, muy igualada y exigente. Contar con jugadores de tanta calidad ayudará, sin duda, pero no nos garantiza todavía nada. Hay que salir al verde a demostrar la valía. Muchos son los ejemplos de equipos que en septiembre estaban llamados a ascender y han acabado incluso pasando apuros.
Por encima de la calidad individual de los jugadores ha de estar el conformar un equipo competitivo, que tenga identidad, que sepa sufrir, que sea solidario y que piense más en los objetivos colectivos que en las actuaciones individuales. Para esta labor tenemos a uno de los mejores entrenadores de la competición. El estilo de juego que está tratando de imponer Míchel es muy atractivo. Un equipo que ataca más tiempo del que defiende, que saca el balón jugado, que combina rápido y que defiende muy arriba tratando de recuperar rápido el balón. Es un estilo atrevido, de equipo protagonista del juego y que agradará mucho a la afición.
No vendamos la piel del oso antes de cazarlo
Se tienen los ingredientes perfectos para tener una temporada de alegrías, pero lo dicho, no vendamos la piel del oso antes de cazarlo. Por delante quedan cuarenta y dos jornadas de liga en las que van a enfrentarse a equipos históricos que también se han reforzado muy bien. Labor del equipo será mantener un nivel alto todo el año y saber superar los obstáculos que haya en el camino. La afición, desde la grada, aportaremos nuestro granito de arena para ayudar a mantener la intensidad y llevar en volandas a los nuestros. De momento el foco puesto en este domingo para salvar el primer escollo. ¡Que empiece el espectáculo en Las Palmas!