ZARAGOZA | Una de las principales fortalezas que destacan los jugadores del Real Zaragoza en cada declaración que hacen es el buen ambiente y la unión imperante en el vestuario zaragocista. Al igual que desde fuera, los futbolistas consideran que este compañerismo debe ser el pilar sobre el que empezar a construir otros aspectos claves como que el equipo practique un juego dominador, haya una estrecha relación con la afición o exista un compromiso notable con el club y su entorno.
El buen inicio en la preparación y en LaLiga Hypermotion han permitido tener un buen rollo latente entre todos los integrantes de la plantilla. Entre veteranos y nuevos. Jugadores experimentados y canteranos. Jugadores de la primera plantila y jugadores del filial. Entre futbolistas y cuerpo técnico. La despedida de Alberto Zapater generó un aura e ilusión que siguen muy presentes en el día a día del Real Zaragoza. Aquel ‘moverse maños moverse’ que el ejeano cantó junto a la afición cobró una nueva dimensión y dio paso al lema de la campaña de abonados, convirtiéndose así en el cántico más identitario de este nuevo Real Zaragoza.
Avanzada la concentración en Murcia, el Club publicó un vídeo a sus redes sociales que revolucionó a sus aficionados por la ilusión que rebosa. Todos los jugadores cantaron a pleno pulmón el ya célebre “moverse maños moverse” como cualquier aficionado de a pie. Esa fue la primera dosis reveladora del optimismo del vestuario. Las siguientes han llegado tras las dos primeras victorias de la temporada, en las que la ilusión y la felicidad han destacado.
Primero celebrando todos juntos -titulares y reservas- en el campo, en un ambiente de éxtasis en una perfecta simbiosis con la afición. En segundo lugar, los vídeos muestran imágenes en el vestuario, desvelando breves momentos de una celebración privada. Más allá de los fichajes, el buen juego y los resultados, el zaragocismo respira y vive de la tranquilidad de que este equipo va a pelear hasta el final y va a honrar el nombre del Real Zaragoza.