ZARAGOZA | El Real Zaragoza está muy tocado. Anímica y deportivamente. Este lunes ante el Málaga los maños podían redimirse del 1-4 sufrido ante el Alavés. Lejos de aquello, el equipo sumó otra dolorosa derrota que aviva todavía más las llamas de un fuego que no puede seguir creciendo. Por mucho que algunos se empeñaran en mirar hacia arriba, no hay que engañarse, la pelea del Real Zaragoza no es esa. A día de hoy es decimoséptimo con 33 puntos, a solo cuatro sobre un descenso que delimita la Ponferradina. 8 puntos de los últimos 21 disputados, 7 goles en contra en dos jornadas, varias bajas importantes y unas sensaciones muy amargas. Ese es el balance. ¿La conclusión? Por tercer año consecutivo, luchará por no descender de categoría. Muchos rivales pelearán por lo mismo. De momento, únicamente tiene cinco por debajo: Racing, la mencionada ‘Ponfe’, Málaga, Lugo e Ibiza.
Adiós al talismán Escribá
La buena dinámica que trajo el entrenador valenciano se ha desvanecido por completo. Su suerte, también. Las victorias ‘in extremis’ en Villarreal y Andorra escondieron las carencias y los problemas del vestuario, y nos ilusionaron con una utopía. No obstante, las dificultades ya han salido a flote. Así pues, las dos goleadas consecutivas han dejado muchas dudas y los miedos florecen rápidamente.
Frialdad, mucha frialdad. La sensación es de ir cuesta abajo, sin nada a lo que agarrarse y sin la posibilidad de salvar a ningún jugador de la desdicha del lunes. El desacierto de cara a gol era un problema conocido, la desorientación y debilidad en la defensa, no tanto. Y eso preocupa. Escribá es consciente de la situación y tras sus duras palabras en el post partido, el miércoles reunió al cuerpo técnico y a los jugadores durante una hora y media. Una charla de reflexión que esperamos, se plasme en el césped.
Reacción inmediata
La reacción de la plantilla no puede esperar y las próximas jornadas serán trascendentales. El Real Zaragoza debe recomponerse, pasar página pero aprender de los errores y conseguir los tres puntos sí o sí el domingo, sin importar el rival. En este caso, visitará la Romareda el Burgos de Julián Calero, equipo revelación que está en la lucha por la promoción de ascenso. Un conjunto que exigirá plena concentración a los maños, quienes no ganan en casa desde el 3-0 al Huesca, el 10 de diciembre.
Después le tocará viajar a Lugo, duelo más decisivo por la coyuntura de los gallegos, penúltimos en la clasificación con 22 puntos y que no vencen desde diciembre. El Zaragoza no puede seguir regalando favores a equipos casi descendidos, ya que el calendario se le complica más y no hay que tentar a la suerte. Todavía no se ha enfrentado a muchos de los conjuntos de arriba en esta segunda vuelta. Hasta final de temporada le esperan: Leganés, Huesca, Albacete, Levante, Granada, Racing, Eibar, Las Palmas, Oviedo, Cartagena, Ibiza y Tenerife.
Tocados, pero para nada hundidos. Queda mucho por delante. El objetivo: los 50 puntos y la salvación cuanto antes. Desde ya el Real Zaragoza tiene que empezar a distanciarse de la zona peligrosa. No hay más. Es nuestra realidad.