HUESCA| Se avecina una crisis en el Huesca en esta recta final de la temporada y hay que estar preparados. Tal vez ponga la venda antes que la herida o como dicen los anglosajones “If it ain’t broke, don’t fix it” (si no está roto, no lo arregles)… pero se ve venir un final de temporada que va a ser más complicado de lo previsto. El lunes ante el Málaga en La Rosaleda con el ambiente menos propicio y el Lega en Butarque la semana siguiente… ojo que vienen curvas. Ziganda ya venía avisando en eso de los 50 puntos y parece que al final va a tener razón.
No hay ni un solo indicio que haga ser optimistas con el equipo de Ziganda a domicilio. En Andorra hubo más de lo mismo, lo malo es que el equipo tampoco tuvo sangre para reaccionar con el Tenerife. En Málaga van a vivir algo parecido a lo que pasó en La Romareda y el miedo escénico se metió en el cuerpo de los azulgranas en aquel 3 a 0. Este curso lejos de El Alcoraz es para olvidar y no tiene pinta de que esto se pueda solucionar en las tres salidas restantes, tampoco en el Anxo Carro. En Lugo los locales se despedirán de la categoría (espero que sea un hasta luego) y seguro que ponen en problemas a los altoaragoneses, más madera para el final de curso.
Según @robbiedjunne en twitter, el Huesca tiene un 1% de probabilidades de descender. Yo creo que los de Ziganda se salvarán, pero antes va a venir una crisis. Si la negatividad que presiento se convierte en dos derrotas consecutivas, los oscenses llegarían a dos puntos del descenso antes de recibir a la Ponferradina. Cagómetro activado en El Alcoraz en toda una final por la permanencia. No soy Nostradamus y normalmente no doy una en la Quiniela, pero los dos próximos partidos me huelen a chamusquina. Y si quieren aprender de errores que le pregunten al Numancia de Marc Mateu, que llegó a tener 11 puntos con el descenso antes de caer al infierno.
El proyecto de Ziganda
Acabar la temporada bien o mal tienen un peso importante en la memoria de los aficionados. Si vienen mal dadas, aunque se consiga la permanencia, el futuro proyecto nacerá torcido. Para eso, Ziganda debe acabar con cálculos pesimistas como el mío y sacar al menos un empate de Málaga. Para hacerlo debe cambiar la actitud de sus jugadores, que parecen haber bajado los brazos en los dos últimos partidos y resetear a los azulgranas en un final de temporada en el que hay mucho en juego, sobre todo… dinero.