El verano se inició con la promesa de la venta del club y de un cambio de propiedad necesario. Los medios más cercanos al Real Zaragoza informaron de unas negociaciones que llevaban activas desde enero. Meses más tarde, sabemos que el presunto grupo comprador, Spain Football Capital, será recordado por todo lo contrario: porque nunca se sabrá lo cerca que estuvo de comprar nada.
La aparición de Spain Football Capital
En junio, al finalizar una de las temporadas más negras de la historia del club, se daba por hecha la venta a la sociedad. Spain Football Capital había sido constituida solo unos meses antes y el patrimonio registrado no se acercaba a la inversión necesaria. Prometió a la Fundación 2032 -cuyos patronos son Fernando de Yarza Mompeón, Juan Forcén Márquez, Carlos Iribarren Oaortúa , Félix Longás Lafuente y Fernando Sainz de Varanda Alierta- 50 millones en los primeros tres años: 20 para la compraventa y 10 para cada uno de los ejercicios posteriores. La sociedad estaba formada por los hermanos Álvarez del Campo, los famosos hijos de Cándido, y el abogado Kike Domínguez, especializado en derecho deportivo. El músculo económico se le adjudicó a grupos inversores del extranjero, con capital mejicano, europeo y estadounidense.
División en el consejo
Las negociaciones con Spain Football Capital parecían muy avanzadas, mientras se especuló con luchas internas en la directiva. Se informó de que otro grupo empresarial estaba dispuesto a hacerse con la mayoría accionarial del Zaragoza. La segunda vía parecía más afín a César Alierta, que manifestó en declaraciones al Periódico de Aragón su cansancio al frente del Zaragoza. Mientras tanto, Fernando de Yarza era el gran valedor en el consejo de Spain Football Capital y el Heraldo de Aragón transmitía los avances en la negociación hasta que dejó de haberlos.
Flecos interminables
Durante casi dos meses, la venta del club se iba a cerrar a ‘la semana siguiente’. Siempre era inminente. Teóricamente solo faltaban flecos en la negociación y la pretemporada arrancó con las declaraciones de Fernando Sáinz de Varanda, en compañía de Christian Lapetra.
El vicepresidente dejó un mensaje poco tranquilizador en el regreso a los entrenamientos: “Es sabido por todos que el club está en un proceso de transmisión de las participaciones (…) nos hubiera gustado que se hubiera cerrado antes, pero estos procesos son complicados (…) Aun así el club debe seguir funcionando con absoluta normalidad. A la espera de que se cierre la venta o… no”.
Torrecilla comenzó a contratar futbolistas con la previsión de Cuartero, sin contar con la aportación de Spain Football Capital. Mientras tanto, el presidente Lapetra dejó una cita célebre en su siguiente comparecencia: “La operación está cerrada desde hace tiempo, solo falta la rúbrica y la llegada de los fondos”.
El desenlace a través de un comunicado
Con la temporada ya iniciada, dos derrotas en el casillero, sin victorias ni goles que cantar, la directiva eligió un comunicado para decir todo aquello que su afición ya sospechaba. Los fondos prometidos no iban a llegar: “Las negociaciones avanzaron hasta concretarse la redacción de un contrato que las dos partes aprobaron y acordaron, y de la que no ha llegado la oferta económica vinculante.”
En el tercer párrafo del mismo se dejaba abierta la posibilidad de una nueva negociación a través del despacho de los abogados Cuatrecasas, responsables de la parcela jurídica del club: “seguimos trabajando en encontrar la mejor solución para asegurar el futuro del Real Zaragoza”. El nombre de Ander Herrera vuelve a sonar como un rumor ilusionante. Además, las vacaciones del jugador en Zaragoza coinciden con el último desengaño de la afición.
Mientras tanto, la directiva presume de la reducción de la deuda a la mitad y de las promociones que nunca acabaron en ascenso. La crónica de la venta promete nuevos episodios, con protagonistas diferentes y con medias verdades que ya no convencen a nadie.