El Real Zaragoza se mide al Deportivo Alavés en Mendizorroza (21:00 h) en uno de esos encuentros que tiene aspecto de sentencia. Juan Carlos Carcedo salvó su puesto ante Villarreal B y Tenerife, pero no se ha topado todavía con un reto tan grande como el que le plantea el Alavés de Luis García Plaza. Si la duda rodea a Carcedo, el destino de Miguel Torrecilla parece ya escrito. Sanllehí aprovechará el parón de Segunda para reconstruir un proyecto que nació torcido. El director general cumplirá así la petición más popular de La Romareda, que nunca volvió a confiar en Torrecilla. Su destitución tiene un riesgo para Sanllehí: una vez quemada esa carta, se quedará también sin su mejor cortafuegos.
La suerte en los despachos se decidirá de nuevo en el césped. Allí, el Real Zaragoza es un equipo irregular, eficaz un día y vulnerable en todos los siguientes. Sin saber muy bien a lo que juega y lo que le falta para hacerlo, Carcedo medita darle continuidad a un sistema que le permitió vencer en su última salida. Con tres centrales y dos carrileros largos, el Zaragoza piensa que domina mejor las áreas y que cubre con mayor éxito sus defectos en ataque. La duda en esa idea reside en los intérpretes y una parte importante de la afición pide el regreso de Jair Amador y la suplencia de Lluís López. En ese contexto, está por ver si Francés repite junto a Petrovic.
En la media, Jaume Grau busca acompañantes, después de que Manu Molina haya renunciado a ser un futbolista constante y vital para este grupo. Los minutos ofrecidos por Alberto Zapater ante el Andorra y el regreso de Francho Serrano son algunas de las alternativas que maneja Carcedo, aunque no se descarta tampoco la continuidad, contra viento y marea, de Manu Molina. Sin regates para sus extremos, la causa del gol y del desborde se ciñe a Giuliano Simeone, que ha perdido la pista que encontró en Ponferrada. Su fútbol sigue siendo derroche, todo corazón, pero le afecta una ansiedad conocida: la angustia del que sabe que puede marcar y que hace tiempo que no los canta.
A eso se aferra Carcedo, más debilitado que nunca en el mensaje y en su aspecto. Enfrente estará el segundo clasificado, un Alavés que llega con poder y recursos a la temporada. Luis García ha construido un bloque rocoso, con años en Primera y un fútbol lleno de oficio y verticalidad. Luis Rioja está entre los mejores regateadores de la categoría y el equipo vitoriano cree en su zurda y en su pedalada. Salva Sevilla dirige la media: en su fútbol hay canas, pero también talento, liderazgo y una lectura privilegiada del juego. Esas dos piezas básicas se rodean también de los goles de Miguel de la Fuente, el juego entre líneas de Rober, el fútbol total de Guridi, la velocidad en defensa de Arroyo o la veteranía de un viejo conocido que acaba de volver como Laguardia.
La suerte de Carcedo y de su Real Zaragoza se vuelve a decidir un viernes. Sanllehí contempla todos los desenlaces en el día de la sentencia. Con el mejor margen que ofrece la temporada para la reconstrucción, el parón de la semana que viene será el lugar del cambio o de la confirmación. Y el bien o el mal de este grupo pasa por Mendizorroza, en un partido que puede marcar la vida o la muerte de un proyecto.
Posibles alineaciones:
Deportivo Alavés: Sivera; Arroyo, Abqar, Laguardia, López; Benavidez, Salva Sevilla; Luis Rioja, Rober, Rebbach; Miugel de la Fuente.
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Larra, Francés, Petrovic, Jair, Fuentes; Grau, Zapater, Vada, Mollejo; Giuliano Simeone.