Las alarmas que saltaron ante el Éibar tras la lesión de Marc Mateu se apagaron cuando el extremo volvió al trabajo tras el parón invernal. Los tres partidos sin el valenciano se le hicieron eternos a Ziganda. Incluso tuvo que cambiar de sistema. Ha llegado a jugar con cinco atrás por falta de efectivos. La afición respira con el regreso del especialista en balón parado y sobre todo tras escuchar sus palabras: “He dejado al 100% la lesión del sóleo y estoy para lo que se me requiera, entrenando ya como un más. No gusta perder partidos por estar lesionado. He intentado ayudar al equipo desde fuera y por suerte ya ha pasado la lesión y si el míster quiere disponer de mí, ayudaré”, explicaba el jugador de 32 años.
Marc Mateu es titular indiscutible para Ziganda. Ha sido un fijo en el once desde que el Huesca lo reclutó cuando había descendido con el Castellón y la temporada anterior con el Numancia. Pocos podían imaginar que un futbolista que venía de dos fiascos iba a ser tan importante en El Alcoraz, pero su papel siempre ha sido protagonista: “Yo quiero ayudar en el campo que es lo primero que quiero hacer y ganarle al Albacete en casa. La intención es mejorar nuestros números fuera para no solo centrarnos en El Alcoraz”, analizaba como retos para este 2023.
Marc Mateu ha tenido esta temporada a seis suplentes que le han dado oxígeno cuando estaba extenuado, pero ninguno ha convencido a Ziganda. Enzo Lombardo, Escriche, Juan Carlos, Joaquín, Vilarrasa y Manu Rico han tenido minutos en la banda izquierda, pero para Ziganda solo han sido parches que no le han dado al técnico lo que aporta Mateu. Un jugador clave para el técnico y fundamental en el balón parado: “Lo trabajamos durante la semana pero a veces es un poco de suerte o acierto y que el rival falle. Esas facetas no nos están favoreciendo”, explicaba el jugador analizando la falta de acierto de su equipo en esta parcela tan determinante en la Segunda División.
Hasimoto está de vuelta
Kento Hasimoto fue la gran novedad del Huesca en la vuelta al trabajo. El centrocampista japonés tuvo una semana extra de vacaciones autorizada por el club para traer a su familia a España. El medio se ejercitó con normalidad y estará disponible para el partido del próximo lunes ante el Albacete. El único jugador tocado en el Pirámide fue Euse Monzó, que trabajó al margen por problemas musculares.