El central del Bada Huesca Jorge Lafuente volverá a tener minutos este sábado contra el todopoderoso Barça. Tiene en su abuelo materno a su principal admirador y ve cumplido el sueño de tener nombre propio con el primer equipo.
A sus 24 años, Jorge Lafuente no tiene edad de canterano, aunque lo sea. Por derecho propio ya está en el primer equipo del BM Huesca. Su alegría es inmensa, pero seguro que menos que la de su abuelo. Miguel Ganuza le sigue desde el primer minuto en que su nieto se dedicó a este deporte. Le aplaude como a ningún otro. El balonmano apenas permite. Estudiante de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad San Jorge –donde le imparten clases Demetrio Lozano y Toño Cartón- ya tiene hueco propio en el vestuario. En cada entreno y en cada partido no solo recibe consejos del técnico José Francisco Nolasco. También tiene de maestros a Abraham Rochel y Eloy.
Su traje de jugador de Asobal lo empezó a vestir contra rivales como Puente Genil, la pasada temporada cuando debutó con los mayores, y Benidorm, en la actual. La media etiqueta la probó el pasado sábado, contra Naturhouse La Rioja, y es muy posible que tenga minutos contra el FC Barcelona que es la alta costura en esto del balonmano. Y no será el único joven. Contra el todopoderoso equipo de Pasqui tendrán minutos Garzo y Montiel.
‘Lafu’ reconoce que no se esperaba acumular tantos minutos contra Naturhouse. En el minuto 10 del partido, Nolasco “me dijo que arriba y yo encantado, a darlo todo”, dice el jugador quien reconoce que jugar en el Palacio de los Deportes, con el primer equipo, le impresionó más que las hechuras del equipo que tenía enfrente. “Fuera de casa noto menos la presión porque no me conoce nadie. En casa está la familia, parece que el público te mira más por ser de la cantera. Del rival ya sé que soy inferior a los del ‘Natur’’ y a todos”, subraya con cierta sinceridad.
El central sabe perfectamente cuál es su rol dentro del equipo y reconoce que las charlas se viven de otra manera cuando sabe que va a tener minutos. No es algo consciente. Es la derivada lógica cuando uno sabe que va a tener protagonismo y que el equipo va a danzar a lo que él dicte. “Las charlas previas se ven de otra manera, calientas de forma distinta, en el descanso te das cuenta de que lo que te dicen es lo que has hecho…”. Durante el partido contra el Naturhouse, el propio Abraham Rochel, desde la grada debido a su lesión, le daba indicaciones para que se soltara. El técnico del siete riojano es extremadamente meticuloso con el juego rival por lo que el canterano tenía esa oportunidad de la sorpresa. Dirigió al equipo muchos minutos e incluso gozó de una buena oportunidad para meter un tanto, pero no lo consiguió. “Es que Gurutz tapa mucho”, dice con una media sonrisa.
‘Lafu’ cumplió hace un par de jornadas el ciclo de partidos que le impide bajar al segundo equipo. No esconde que le da cierta pena no poder echar una mano, pero subraya que todo ha sido un trabajo previo con el objetivo de tener sitio propio con el primer equipo.
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