Sí, otra vez. Parecía imposible, pero LaLiga se ha vuelto a superar. 3 de agosto y la Segunda División de la autodenominada “mejor liga del mundo” todavía no ha acabado. Y no solo eso, sino que aún no sabe cuándo ni cómo lo hará. Se podría decir que la liga regular ha terminado… pero tampoco. El partido que enfrentaba a Deportivo y Fuenlabrada ni siquiera se ha disputado, ni tiene fecha asignada. Si hubo negligencia o no por parte del Fuenlabrada lo deberán determinar los órganos competentes, al igual que el equipo que ocupará la sexta plaza con derecho a disputar los playoffs de ascenso ante el Real Zaragoza. El cuándo parece no importar a poco más de un mes del comienzo de la temporada 2020/21 de Primera División. Mientras algunos equipos presentan camisetas, campañas de abonados, e incluso nuevos fichajes, los aspirantes al ascenso siguen pendientes de una solución a semejante embrollo.
Y es que el tiempo apremia. A cada hora que transcurre se suceden nuevos contratiempos, poniendo todavía más en jaque un playoff que el sentido común invita a no celebrar. La negativa de suspender la última jornada al completo trajo consigo los sucesivos comunicados cruzados entre Fuenlabrada, Deportivo y el propio Javier Tebas, presidente de LaLiga, el cual se hizo responsable del viaje del equipo madrileño, donde su hijo ejerce como asesor jurídico. Los más de 40 infectados en el Fuenlabrada se completaron con los positivos en Almería y Zaragoza, fruto de la ineficacia de un protocolo de LaLiga que ni siquiera tuvo en cuenta la posibilidad de que se dieran estas circunstancias. ¿Acaso era necesario poner en marcha de nuevo la competición poniendo en riesgo la salud de sus trabajadores?
En silencio durante demasiado tiempo
A la incertidumbre de no conocer las fechas ni el rival del playoff, al Real Zaragoza le ha surgido un nuevo contratiempo. El Watford, propietario de los derechos de Luis Suárez, ha transmitido su deseo de que el colombiano no dispute la promoción de ascenso y vuelva a Inglaterra antes del 5 de agosto. Un hecho, que de producirse, dejaría al conjunto maño en evidente inferioridad respecto a sus rivales. Esta situación no es más que un motivo más —por si no había suficientes ya— para suspender de manera definitiva la promoción de ascenso. El Real Zaragoza, hasta hace un par de días, ha permanecido en un absoluto silencio, expectante a los acontecimientos y acatando las decisiones que se tomasen. Sin embargo, el equipo maño fue el principal perjudicado tras el parón, que cortó en seco su meteórica racha y al que se le privó de contar con su afición, la más numerosa en los partidos como local y la que más aficionados conseguía desplazar cuando jugaba como visitante. Al igual que supuso un agravio considerable la implantación de los cinco cambios a mitad de campeonato. La corta plantilla provocó que en varios partidos Víctor Fernández ni siquiera hiciera uso de todos ellos. De la misma forma que se mantuvo en silencio ante los continuos atropellos arbitrales que pudieron decantar la posición final del Real Zaragoza.
Tras la detección de un positivo en las plantillas de Almería y Zaragoza, ambos han regresado al trabajo de forma distinta. El equipo andaluz lo ha hecho de forma totalmente normal, en grupo, mientras que el equipo aragonés lo ha hecho de forma individualizada y sin contacto físico. Una tónica que se mantendrá hasta el 7 de agosto. De disputarse los playoffs, el Real Zaragoza también se vería perjudicado debido a los distintos protocolos que existen en las comunidades autónomas. El equipo dirigido por Víctor Fernández no llegaría con el mismo rodaje que los equipos que han podido contar con una mayor variedad de herramientas para preparar sus sesiones de entrenamiento.
Mirando el descenso y olvidándose del playoff
LaLiga y la Real Federación Española de Fútbol siguen prestando toda la atención al descenso de un Deportivo al que la puntuación no le alcanzaría para salvarse en caso de jugar su partido ante el Fuenlabrada. Mientras tanto, cinco equipos siguen entrenando a la espera de un playoff que sólo podrán disputar cuatro. La salud de los jugadores, cuerpos técnicos, personal de mantenimiento, médicos y demás trabajadores de los clubes se sigue poniendo en peligro. Y todo sin una fecha clara, ni siquiera con la certeza de que esa fecha vaya a llegar algún día.
Con tres equipos descendidos de Primera División y la necesidad de adjudicar un único ascenso todavía, LaLiga debe tomar una decisión con celeridad si quiere asegurar que el comienzo de la temporada 2020/21 se realice con todos los equipos en igualdad de condiciones. Al deseo de todos de acabar lo que se empezó en el terreno de juego se una la imposibilidad de hacerlo por causa mayor. Premiar el mérito durante las 42 jornadas anteriores y no el demérito de aquellos que han visto la posibilidad de aprovecharse de una pandemia mundial para conseguir en los despachos lo que no pudieron conseguir en el campo debe de ser el único objetivo de LaLiga. El Real Zaragoza, segundo cuando se paró la competición, y tercero al término de ésta, ha demostrado haber sido justo merecedor de un billete a LaLiga Santander ante la total imposibilidad de disputar el playoff de ascenso.