El fútbol pasa, las amistades se quedan. Es quizás el mejor legado que deja el mundo de este apasionado deporte. Las amistades forjadas a golpe de sudor, esfuerzo, alegrías y tristezas. Una adrenalina a prueba de bombas que quedo perfectamente expuesta en un homenaje emotivo, sentido y lleno de recuerdos y anécdotas. La mejor manera de recordar a una persona tan excepcional, como querida y extrañada.
La ocasión lo merecía. Lalueza y su gente, con la familia Peralta al frente, rodeados de ex jugadores, amigos, simpatizantes y familiares, no dudaron en asistir a la cita. Alberto fue, es y será, una de las figuras fundamentales para entender como una pequeña localidad monegrina estampó su nombre en el mapa regional futbolístico a base de esfuerzo, hospitalidad, unión y sacrificio. Allí emergió la figura de este salmantino de nacimiento que encontró su vida en Lalueza y en el fútbol su eterna afición.
Porque Lalueza respira fútbol. Y nada mejor para comprobarlo que la congregación de ilustres jugadores de la talla de Agustín Peralta, Ramón Calvo, José Luis Toa, Fernado Losfablos y Julián Corvinos, entre otros. Comandados por entrenadores de la talla de Antonio Díaz o Ángel Royo. En definitiva, una tarde de reencuentros donde lo de menos fue el resultado. Con la localidad volcada, y en plenas fiestas de San Pedro Arbués, se pudo disfrutar de una jornada de reencuentros, de anécdotas inamovibles tras el paso de los años y con la sensación de que todos los presentes se sintieron un poquito más jóvenes. El triangular que congregó a casi 70 ex jugadores del club monegrino, con el equipo de veteranos al frente, es la viva demostración que el tiempo pasa, pero la memoria perdura.
En los prolegómenos, la representación del equipo de veteranos, donde Alberto era un habitual, ofrecieron unos detalles a Rosa -viuda de Alberto- y sus dos hijos -Pablo y Paula-. Fue el momento más complicado, más difícil, y sin duda el más emotivo. Un cariñoso detalle para quienes fueron parte fundamental en la vida de Alberto. Arriba, en el cielo, a buen seguro asistió orgulloso de ver a tanta gente querida, de notar tanto calor y sentimiento. A su lado seguro le acompañaba otro ilustre como ‘Tito’ Peralta que, al igual que Alberto, permanecerá en la memoria de todo aquel que ama Lalueza, ama a su gente y tuvo el honor de compartir vestuario con ambos. Son leyenda viva del fútbol monegrino y altoaragonés. Ahora y siempre permanecerán en el recuerdo.
Desde la organización agradecen todas las muestras de cariño recibidas y la colaboración de la SD Huesca, Real Zaragoza, CD Numancia, FC Lalueza, Ayuntamiento de Lalueza y todos y cada uno de los asistentes y participantes.