ZARAGOZA | Pocos creen en el Real Zaragoza esta tarde. Es normal, enfrente, un Levante que aspira a lo más alto si se lleva los tres puntos. La permanencia, en juego, aunque con cierto respiro. El Eldense acaba de dejar escapar una de las pocas balas que le quedaban para recortar distancias. La jornada se debatía entre un golpe de suerte o una gesta en Valencia; ahora, ambas opciones están sobre la mesa. Que nadie crea, mejor para nosotros. Más de mil honorables soldados han cruzado el mapa hasta territorio enemigo para sostener a los once que pueden aliviar —aunque sea un poco— el peso que arrastra este club. Nunca el club necesitó tanto a los suyos. Pero no hubo gesta: el Levante fue muy superior, y el Zaragoza, sin defensa ni acierto, volvió a caer.
Francho, Arriaga, Keidi, Lluís… Gabi Fernández lo ha tenido complicado para armar un once esta tarde. El técnico se ha visto obligado a sacar una pizarra nueva y reinventar una estrategia que, al menos sobre el papel, parecía funcionar. Regresó el 4-4-2, ese dibujo que tantas —o tan pocas— alegrías nos ha dado esta temporada, con cinco modificaciones en el once. Marcos Luna volvió al lateral, mientras que Calero actuó a pierna cambiada por la izquierda. En banda, Adrián Liso ocupó ese mismo carril, Moya regresó al centro y Ares fue desplazado a la derecha. Arriba, sorpresa: Soberón se quedó en el banquillo y su lugar lo ocupó Alberto Marí. Y ahora sí, sonó el silbato en el Ciutat de València.
En los primeros minutos, el Real Zaragoza se olvidó del balón pese a lo que Gabi quería mostrar en el campo. El equipo, arriba, estirando líneas para presionar lejos de Poussin. Al otro lado, Calero padre leyó bien el escenario: con tantos cambios, estudió los espacios y eligió atacar por el costado contrario al de su hijo. El primer golpe no tardó en llegar. Carlos Álvarez inició la jugada con un pase al hueco para el Comandante. Morales, desde la izquierda, dejó atrás a Vital con un amague, se perfiló con su pierna buena y centró al corazón del área. Allí esperaba el propio Álvarez, que había seguido la jugada y, sin oposición, remató de cabeza a placer en el área pequeña (6′). Primera llegada, primer gol. Desubicada a la hora de defender el equipo, que no cubrió al único que se perfiló a portería.
Hoy era uno de esos días en los que al equipo no le apetecía jugar. Querían, quizá, disfrutar del sol de Valencia. Y en medio de esa siesta llegó el segundo del Levante. Lo firmó Álex Forés, aquel delantero que sonó para el Zaragoza en verano. La defensa, en el patio del recreo: Jair blando, Vital descolocado y Poussin saliendo a destiempo para despejar un balón suelto. Lo terminó tocando Jair, rebotó en la cabeza de Vital y cayó, por capricho del destino, a los pies de Forés. Vaselina y adentro. 2-0 (12’).
Bazdar tuvo la suya, solo ante el portero, pero la mandó fuera. Adu lo intentó desde lejos. Marí también la tuvo bajo sus pies. Jair, de cabeza. Ninguna terminó entre los tres palos. Poussin evitó el tercero en un remate claro de Forés. Durante los minutos siguientes, el marcador pudo moverse en cualquier dirección. Más el Zaragoza, que perdonó mucho más que los locales. Se cerró así la primera parte.
Segunda parte del Levante UD (5-2) Real Zaragoza
La broma de Bazdar y de Calero a pierna cambiada se terminó al inicio del segundo tiempo, con la entrada de Tasende y Soberón. Las ausencias pesaron, sí, pero también el plan estratégico de Gabi Fernández, que no terminó de cuajar. El resultado era previsible, aunque la desubicación de algunos jugadores no tiene excusa. La primera ocasión llegó nada más arrancar la segunda parte, tras una buena diagonal de Adu —uno de los pocos que se salvan— y un pase atrás, en segunda línea, para Guti. El disparo, potente, se marchó desviado por el palo derecho del portero granota.
Volvió a errar Jair, y lo hizo de la peor forma posible. Tras un rechace, solo se le pedía una cosa: desviar la pelota a otro lado, cortar la contra de Morales. Pero no le dio. Se le escapó. Morales recogió, avanzó, amagó y disparó. 3-0 (57′). Volvieron los errores de siempre en defensa, esos que Gabi había conseguido contener, y que en el Ciutat de València volvieron a hacer estragos. Aketxe entró al campo.
Poco más que añadir a esta crónica. Pau Sans lleva pidiendo la titularidad toda la segunda vuelta. Fue entrar y el equipo empezó a combinar, a generar algo de fútbol. Pero, como casi siempre, con muy poca efectividad de cara a puerta. El Levante marcó el ritmo, se relajó y controló un partido que, a esas alturas, difícilmente se le podía escapar. Carlos Espí firmó el cuarto, de cabeza (85’). Pau hizo el primero del Zaragoza, tras una asistencia de Tasende (88’). Para colmo, a Calero le señalaron un penalti que Iván Romero transformó en el quinto (92’). Y, que parece nadie querer acabar el partido, Soberón marcó el segundo (94′). El Real Zaragoza, con la mente ya puesta en lo que viene: el derbi aragonés ante el Huesca. Recuperar efectivos será clave.
Ficha técnica
UD Levante: A. Fernández; Grande, Elguezabal, Ignasi Miquel, Diego Pampín; Carlos Álvarez (Pablo Martínez, 68′), Kochorashvili, Oriol Rey (Iborra, 59′), Brugué (Carlos Espí, 85′); Morales (C) (Sergio Lozano, 68′), Forés (Iván Romero, 59′).
Real Zaragoza: Gaëtan Poussin; Luna (Tasende, 45′), Vital, Jair, Calero (C); Liso (Aketxe, 57′), Moya, Guti (Terrer, 79′), Adu Ares; Bazdar (Soberón, 45′), Marí (Pau Sans, 70′).
Goles: 1-0 Carlos Álvarez (6′), 2-0 Forés (12′), 3-0 Morales (50′), 4-0 Espí (85′), 4-1 Pau Sans (89′), 5-1 Iván Romero (90+2′), 5-2 Soberón (90+3′).
Árbitro: Germán Cid Camacho; Vital (Amarilla, 60′), Jair Amador (Amarilla, 90′).