El hombre de moda en las filas de Carcedo, y no es para menos, se llama Jaume Grau. El canterano del Real Madrid se ha consolidado en el equipo maño convirtiéndose en la piedra angular del esquema. Con Jaume Grau no hay tormenta, solo calma. Los números hablan por sí solos, el Real Zaragoza solo ha perdido un partido de los últimos 11 diputados por el centrocampista. El balance: 7 victorias, 3 empates, y 1 sola derrota contra el Cartagena, que coincide además, con su expulsión tras ver la doble cartulina amarilla. A su expulsión, en apenas un minuto, le siguió el gol definitivo del rival que sentenciaría el encuentro.
El jugador marcó la diferencia entre la derrota frente al Lugo y la victoria frente a la Ponferradina, haciendo notar que su titularidad es indiscutible. Jaume Grau es ese jugador que sabe entender el juego, simplificarlo, crear dinamismo y nunca perder su puesto. No es un jugador de goles, ni siquiera de grandes regates, pero es capaz de vertebrar y condicionar con gran criterio el encuentro.
Un arranque entre incógnitas
Su fichaje no fue especialmente vitoreado, era aparentemente un desconocido. Sin embargo, su crecimiento en el club y su destreza son la prueba de que puede llegar a ser una de los mejores inversiones en la actual plantilla.
Jaume llegó a Zaragoza tras rescindir su contrato con Osasuna, durante el mercado de invierno la temporada pasada. Firmó contrato hasta 2025. La llegada del valenciano fue inminente tras perder en las filas del equipo al veterano, Iñigo Eguaras. Unos meses después los planes del jugador se truncaron tras detectar problemas cardíacos que le mantuvieron de forma indefinida lejos del campo. Tras una dura etapa con más ganas que incertidumbre se anunció la vuelta a los terrenos de juego a finales de temporada. El joven, de tan solo 25 años, ha podido jugar con normalidad esta temporada.
Jaume Grau es ahora la pieza fundamental que, tiene altas capacidades defensivas y ofensivas. Su presencia cambia por completo el sentido de un equipo que apuesta por una barrera sólida en el medio del campo. En definitiva orienta el juego, sin perder su norte. Su figura se refuerza con la del recién llegado Manu Molina, que sin embargo, no ha llegado a adaptarse al juego. A Molina se le suman las variantes de Eugeni, Francho Serrano, Puche o Valentín Vada, con este último tiene especial complicidad. Lo cierto es que en estas ya 5 jornadas disputadas el míster ha experimentado en el centro del campo sin un esquema fijo, pero siempre con la figura fija su cinco, el inamovible Jaume Grau.