Juan Antonio Anquela se hizo con las riendas del Huesca tras la polémica destitución de Tevenet a finales de noviembre. Después de un comienzo complicado, en el que el técnico fue muy cuestionado por la afición, el conjunto oscense logró la permanencia gracias a un tramo final de Liga espectacular.
La destitución de Luis Tevenet, el entrenador del ascenso, tras la derrota en Palamós, no gustó a una gran parte de la afición azulgrana. Y es que el Huesca, si bien sumaba su cuarto partido consecutivo sin conocer la victoria, todavía se mantenía por la mínima fuera de las posiciones de descenso. A la par que el nombre de Anquela sonó, incluso con más fuerza, el de Quique Hernández, que ya había dirigido al Huesca durante la 11/12. Finalmente, el domingo 29 de noviembre de 2015 se hizo oficial la contratación del técnico jienense para lo que restaba de temporada.
Juan Antonio Anquela ya conocía la capital del Alto Aragón, cuyo equipo había entrenado en 2005 en Segunda ‘B’. No pudo estar en el banquillo en su primer partido a bordo de la nave azulgrana, debido a una sanción que arrastraba de la temporada pasada en el Numancia. Carretero, su segundo, ocupó su lugar en aquella ida de los octavos de finales de la Copa del Rey contra el Villarreal, con una sorprendente victoria azulgrana por 3-2 en El Alcoraz. No corrió la misma suerte en su estreno en la Liga Adelante, cayendo por 1-2 ante el CD Mirandés; el primer cambió de aquel encuentro, en el que se retiraron David Mainz y Manolo, fue un prolegómeno de la que sería a la postre una de las decisiones que menos gustó en la parroquia oscense: ambos futbolistas, claves en el ascenso de la temporada pasada y que estaban gozando de minutos con Tevenet, fueron relegados y se acabaron marchando en el mercado invernal por decisión interna del club.
Bien distinto fue su tercer partido, en el que los azulgrana vencieron por 1-2 en Almería a uno de los rivales directos por la salvación, lo que les iba a sacar del descenso. A ello le seguirían, previa eliminación de Copa tras perder en El Madrigal, dos empates consecutivos, ante CD Leganés (campeón de Segunda División) en El Alcoraz y Real Zaragoza en La Romareda, en uno de los partidos más locos que se recuerdan en el que el Huesca se llevó un punto tras el gol de Carlos David en el último minuto ante los miles de aficionados oscenses desplazados. Este encuentro, sin embargo, sembró la discordia entre los dos vecinos aragoneses.
Anquela, en su presentación como técnico del Huesca | Foto: sdhuesca.esFinalizó la primera vuelta con una nueva derrota en casa ante Osasuna (la maldición continuaba) y empate en Lugo. El 1-0 de Mendizorroza en el primer partido de la segunda vuelta volvió a sumir al equipo en el descenso, del que volvieron a salir tras ganar a otro rival directo por la salvación, el Albacete, tres meses después en El Alcoraz. Empates en Tenerife y Elche y derrota contra el Girona en casa dieron paso a uno de los momentos críticos de Anquela como entrenador de la SD Huesca.
Después de caer muy dolorosamente ante el RCD Mallorca, rival directo, en El Alcoraz (partido aplazado por las malas condiciones metereológicas), y a pesar de las dos siguientes victorias contra Valladolid (0-1) y Alcorcón (1-0), las cuatro derrotas en los siguientes cinco partidos (tres de ellas seguidas) dejaron el equipo en estado se shock, a pesar del permanente discurso de Anquela de que “aquí nadie se baja del barco”. 2-1 en Ponferrada (otro de los rivales directos), 1-2 en Huesca contra el Bilbao Athletic (equipo que estaba prácticamente desahuciado) y 3-2 en Soria contra el Numancia, que selló con esta victoria su salvación virtual. Sus a veces poco entendibles decisiones a la hora de realizar los cambios sembraron bastante descontento desde la grada.
En Los Pajaritos se estrenó por fin como goleador Mikel Arruabarrena, el “fichaje estrella” del Huesca en el mercado invernal, que lo había jugado absolutamente todo desde su llegada en enero sin éxito de cara a puerta gasta entonces. Junto a él habían llegado también Juan Aguilera, Alexander González y Nagore. Todos ellos tuvieron una importancia capital en la salvación final de los altoaragoneses. Además, Anquela consiguió rescatar al “mueble” Samu Sáiz, que se convirtió en el mejor de los azulgrana en el tramo final de temporada después de una campaña muy irregular.
Tras la nueva dolorosa derrota en El Alcoraz ante el Córdoba por 0-2, que metió de nuevo al Huesca en descenso, llegó la gran escalada que les ha permitido finalizar en 15ª posición. En los últimos ocho encuentros de Liga, tan solo una derrota y un empate. Es decir, veinte puntos de veinticuatro posibles para dejar a los azulgrana una temporada más en la categoría de plata. Victoria en un siempre complicado Carlos Tartiere contra el Oviedo (0-1), victoria contundente en casa (3-0) al descanso contra el Llagostera, derrota por la mínima en Miranda, victoria crucial contra el Almería remontando en cuatro minutos (2-1, quién perdiese lo iba a tener extremadamente complicado para salvarse) y por 2-3 en Leganés, líder de la categoría, en la siguiente jornada, lo que plasmó el excelente estado de forma de los hombres de Anquela.
Tras un meritorio empate a uno en la segunda parte del Derbi Aragonés ante el Real Zaragoza gracias a una obra maestra de Samu Sáiz, después de jugar todo el segundo tiempo con uno menos, la permanencia se certificó en Pamplona el 29 de mayo, en la penúltima jornada de Liga. Un 2-3 (todos ellos auténticos golazos) ante los cerca de doscientos hinchas que acompañaron a su equipo en El Sadar contra un Osasuna que se jugaba nada más y nada menos que entrar en el ‘playoff’.
El último partido ante el Lugo fue, pues, de auténtica celebración. Sirvió de despedida a Leo Franco y de bienvenida en el fútbol profesional a Zaparaín, Mika y Coulibaly, y además con victoria final por uno a cero. Anquela, a pesar de las muchísimas adversidades acaecidas desde su llegada al Alto Aragón, con multitud de aficionados pidiendo su cabeza tras las múltiples caídas, cumplió su objetivo, y será, una temporada más, el capitán de la nave de la Sociedad Deportiva Huesca.
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Un error, el gol de la SD Huesca en La Romareda que supusó el 3-3 definitivo lo marcó Carlos David, no Héctor Figueroa (Este metió el 2-1).
Muchas gracias por el apunte Germán, ha quedado corregido por nuestra redacción.
Un saludo!