El Real Zaragoza firmó un buen partido, por segunda semana consecutiva, ante un rival de la zona baja de la clasificación. Un Racing que mostró una imagen pobre, con un juego muy poco combinativo y ninguna llegada con peligro real al área de Ratón. De ello, sin duda, se supo aprovechar el Real Zaragoza.
Víctor Fernández presentó la novedad de Kagawa por Igbekeme. El Real Zaragoza comenzó dominando desde el principio con un Nieto que no encontraba oposición para subir por banda y Guti combinando con Kagawa en el centro del campo. No tardaron los blanquillos en probar a Luca Zidane, pero nada pudo hacer ante el disparo de Suárez que estableció el 1 a 0 en el minuto 19.
El Racing tan solo despertaba en ataque con alguna combinación a la contra en la que se aprovechaban de los espacios dejados por las líneas adelantadas del Real Zaragoza. Sin embargo, la lentitud de los santanderinos permitía a los zaragocistas recomponerse rápidamente antes de que ningún jugador visitante pisara con peligro el área de los de Víctor Fernández.
La segunda parte fue más de lo mismo. El Real Zaragoza pudo sentenciar mucho antes, pero no lo logró. El Racing quiso atacar para lograr el empate, y eso le benefició al Real Zaragoza para poder crear cada vez mayor peligro. La precipitación fue la peor enemiga de los blanquillos, pero Ros supo aprovechar uno de esos espacios dejados por el Racing para marcar el 0 a 2 y rematar el encuentro.
Jugadores que brillan con luz propia
A nivel individual, el partido sirvió para ver a un mejorado Kagawa. El japonés, con la decepción por bandera en cuanto a su fichaje en las últimas semanas, volvió a mostrar detalles de calidad a la hora de filtrar balones hacía Suárez y Puado. El colombiano de nuevo, volvió a ser decisivo, no solo haciendo el 1 a 0 sino también merodeando el área rival en todo momento y no dando nunca un balón por perdido.
Puado también estuvo muy activo y dejó claro que su titularidad es indiscutible a día de hoy. Un cartel de titular que se ha ganado en apenas tres semanas en las que ya se ha convertido en uno de los favoritos de la afición blanquilla. En defensa, Clemente volvió a demostrar que a día de hoy es el central que más necesita el Real Zaragoza en su once. Y en el centro del campo, Eguaras como titular y Ros desde el banquillos, volvieron a estar muy atentos en los robos de balón y en la distribución de juego. El segundo de ellos además, puso la guinda al partido con un golazo de delantero centro.
Muchos nombres pero un solo equipo. Todos trabajando en la misma dirección y haciendo una verdadera piña en el vestuario, como destacaba el propio Ros tras el encuentro. Es el lado positivo de las individualidades, que también lo hay. Lejos de causar enemistades o egocentrismos, el poder por querer destacar pero a la vez servir al grupo, ha hecho del Real Zaragoza un equipo completo y competitivo en todas sus líneas. Ahora toca desmostrarlo también ante los equipos de la zona alta de la tabla.