ZARAGOZA | Al Real Zaragoza le persigue la desgracia, una sombra sin compasión. Sin suerte en el césped, la enfermería se llena y nunca se termina de vaciar. En lo que va de temporada, el Real Zaragoza acumula casi una veintena de casos relacionados con las lesiones. El club anunció ayer el parte de Cristian Álvarez, que vive su temporada más compleja en Zaragoza. La afectación, ubicada esta vez en el sóleo, es ya el segundo episodio muscular que sufre el argentino. La primera, en la zona isquiotibial, estuvo plagada de recaídas.
Al caso de Cristian Álvarez se suma también el de Sinan Bakis, afectado ahora por un dolor muscular. El parte médico llegó en esta ocasión el lunes y situó su dolencia en el abductor largo, en la inserción del isquio. Si en noviembre el delantero evitó pasar por el quirófano tras una meniscopatía, ahora le espera otro periodo en blanco, que puede oscilar al menos entre las dos y tres semanas de ausencia.
Si las lesiones han sido especialmente crueles con Cristian Álvarez y Sinan Bakis, cuesta encontrar jugadores que iniciaran la temporada y no hayan tenido que pasar por la enfermería. Sobre Jair Amador, Maikel Mesa, Lluís López, Sergi Enrich o Alejandro Francés no ha trascendido ningún parte médico. Más sencillo es recopilar las lesiones que han marcado la temporada. El orden de gravedad localiza en primer lugar a dos canteranos: Carlos Nieto y Raúl Guti.
Nieto sufrió una de las lesiones musculares más duras que se pueden tener, que le exigió pasar por el quirófano. El parte médico reflejó la complejidad de la patología: “avulsión del tendón proximal de la musculatura isquiotibial”. Hubo amputación en su desgarro y el futbolista acumula ya más de seis meses de baja. Ese periodo aproximado es el que tendrá que pasar Raúl Guti lejos del césped, después de sufrir una fractura de rótula en el día de su debut. Su regreso pudo ser la historia más bonita jamás contada y acabó siendo una tragedia en vivo y en directo.
Lecoeuche y Fran Gámez también han protagonizado varios partes de guerra a lo largo del curso. El francés no terminó la pretemporada, dañado por una fascitis plantar, y a su regreso encadenó varias lesiones musculares. También Gámez ha sufrido lesiones y recaídas en la zona del isquiotibial. En ese lugar se concentran las mayores desgracias del Real Zaragoza, que perdió pie en la temporada cuando Francho Serrano encadenó dos meses de ausencia tras una rotura de segundo grado en la zona.
Germán Valera sufrió otro desgarro en las mismas fibras y estuvo apartado un mes de competición. Toni Moya y Aguado también se perdieron partidos por molestias. Iván Azón faltó casi dos meses por una lesión articular, ubicada en el menisco. También a Andrés Borge le afectó una lesión en la misma zona (un esguince de rodilla) y todavía no ha podido estrenar su contrato con el primer equipo.
Víctor Mollejo sufrió un traumatismo nasal y no renunció a jugar, pero tuvo que hacerlo con máscara. Las molestias musculares, quizá el gran mal del Real Zaragoza, han señalado además a Santiago Mouriño o Dani Rebollo.
Algunas dolencias se explican a través de la desgracia, la pura competición o la acumulación de partidos en el calendario. Pero si algo preocupa es la gran cantidad de recaídas, una cadencia en la que se encuentran Cristian Álvarez, Sinan Bakis, Fran Gámez o Quentin Lecoeuche entre otros.
La aparición de dos entrenadores, con una metodología opuesta en casi todo, puede estar detrás de algunas afectaciones musculares. También un curso con dos pretemporadas, que no han servido para mejorar siempre el nivel físico del grupo. Siempre hubo un punto de misterio en las lesiones, una amplia combinación de factores, una suerte difícil de explicar. Pero ante la suma de episodios, sí que se puede encontrar una conclusión basada en la preparación: el Real Zaragoza no está haciendo todo bien para evitarlas.
En un curso lleno de dudas, todas las esferas del club están bajo la lupa. También los servicios médicos, dónde se encuentran una interminable lista de lesionados. Y, en este punto de la temporada, cuesta elegir cuál ha sido la más dolorosa de todas.