ZARAGOZA | El Real Zaragoza perdió ante el Racing de Santander, en una tragedia que se escribió en muchos actos. Desperdició el equipo de Víctor Fernández una parte y se encontró con una desventaja difícil de salvar. Reaccionó en la segunda mitad y murió cuando había hecho lo más difícil: alcanzar un empate que no se entendió sin su grada. La Romareda había entrado en trance, pero el Racing paró el tiempo en una jugada y Aldasoro encontró la victoria en la única aventura de los cántabros. Para redondear el drama, Aketxe falló un penalti sobre la bocina. En el guion del partido hubo tiempo para todo: la polémica, el amago y también la tristeza.
Gaëtan Poussin (5´5): Encajó en un solo partido casi los mismos goles que le habían marcado en toda la temporada. Poco pudo hacer en ellos, donde pareció siempre vendido. El equipo volvió a creer en sus paradas, pero es complicado que los milagros se repitan todos los días.
Iván Calero (5): Más anárquico que nunca, no pudo hacer daño por su perfil. En la segunda mitad, jugó en el lado malo del césped y el equipo prescindió de sus subidas. Íñigo Vicente abandonó la banda y le desorientó casi siempre y le costó encontrar sintonías con Kosa en la marca.
Sebastian Kosa (4): No era el mejor día para debutar y falló sin remedio en el segundo tanto. Algo robótico, le cuesta girar y pierde metros en las carreras cortas. Parece todavía un producto inacabado.
Bernardo Vital (4): Vivió su peor tarde como zaragocista. Arana le sacó de punto, Rodríguez le desbordó y apareció en la foto del primer tanto. Como todo el equipo, alcanzó su reacción en la segunda parte.
Dani Tasende (8): Su partido había sido confuso en la primera mitad, condicionado por el piso y el ataque de Andrés Martín. Revivió en la segunda, hasta convertirse en el centro de todos los ataques. Marcó el tanto que hizo creer al Zaragoza, dio la asistencia del empate y generó ventajas para el resto. El equipo vivió de él y de sus intentos.
Toni Moya (5): En la primera mitad, nunca controló la escena y salió perdedor de una batalla directa ante Aldasoro y Vencedor. El campo se le hizo largo entonces y logró estrecharlo en la segunda mitad. Mostró liderazgo y se expresó a través del pase. Perdió una acción clave, cuando la tenía medio ganada y tuvo la mala fortuna de que Aldasoro la situó en la escuadra.
Francho Serrano (4´5): En su partido hubo voluntad, pero también varios errores. Le faltó precisión en los pases y perdió duelos ante una media que pareció siempre más poblada. Llegó dos veces al remate, pero Ezkieta le venció en la más clara.
Ager Aketxe (5): Recordará el encuentro por su fallo en el descuento, por un penalti en el que Ezkieta le ganó la partida. Muy discreto en la primera mitad, entendió el juego en la segunda y se ubicó en los pasillos interiores. Lejos todavía de su mejor punto de forma, abandonó la banda y actuó como un mediocentro. Le dio fluidez al juego, pero falló desde los once metros.
Adrián Liso (4´5): Lo intentó sin descanso y acabó el partido sin consuelo. Michelin logró detener sus carreras y acabó completamente desfondado, impotente también ante las ayudas de todo el Racing sobre su banda. Lo mejor que se puede decir de su partido es que nunca se rindió.
Mario Soberón (7): Mejoró la jugada y, en la primera mitad, cuando todo era oscuridad, logró agilizar el juego a través de su primer toque, casi siempre de espaldas. En la segunda, forzó la expulsión de Manu Hernando y firmó el gol del empate. Víctor Fernández le sustituyó en plena oleada, cuando su intuición parecía el mejor arma en las áreas.
Samed Bazdar (4´5): Actuó como referencia y le costó dejar huella en el partido. Improvisó alguna genialidad, pero se quedó lejos del gol y del remate.
Cambios del Real Zaragoza:
Iván Azón (5): Mostró intención y cayó bien a bandas, pero a su partido le faltó impacto en las áreas.
Alberto Marí (3): Inédito, el flujo de ataque del Real Zaragoza bajó con su entrada al campo.
Pau Sans (6´5): Agitó el partido, buscó su espacio en el carril del ocho y provocó incertidumbre en el rival. Su mejor jugada fue invalidada por centímetros: en su fútbol de barrio no siempre hubo lugar para los árbitros.
Marcos Luna (SC): Víctor Fernández le dio entrada en el descuento, sin tiempo para explotar su voluntad sobre la banda.
Entrenador:
Víctor Fernández (4): Perdió la batalla táctica en el primer acto y supo resituar al Zaragoza en el segundo. Logró que su equipo se empapara de la atmosfera, que buscara con corazón lo que antes no había encontrado con el fútbol. Su mayor error fue prescindir de Mario Soberón, capaz de hacer suyos los balones que no tenían dueño. Los cambios tardaron en llegar y salvo la excepción de Pau Sans, tampoco lograron mejorar el panorama. En un partido lleno de relatos, Víctor Fernández tampoco supo evitar la tragedia.
Un día después sigo sin entender la sustitución de Mario Soberón. Fue el único que inquietó a Ezquieta. Aunque no sea “tu” jugador, cuando es el Pichichi de la liga y es el único que ve portería, haz porque sea “tú” jugador.
Cada vez se hace más difícil entender las decisiones de VF hacia Soberón. En psicología hay un tipo de conducta que se llama de los “comportamientos autodestructivos o auto-sabotajes”. Pues pareciera ser lo que ocurre desde el comienzo de la Liga con Mario Soberón. Relevar a Soberón cuando es el único delantero que chuta a puerta y que marca goles en tu equipo, cuando menos podríamos decir que es un tiro en el pie. Los resultados y las estadísticas son tercos en este sentido.