ZARAGOZA | Antes del duelo ante Las Palmas, el Real Zaragoza de Fran Escribá encadena 9 partidos sin derrota. Tras encajar dos goleadas que encendieron las alarmas, el equipo encontró una identidad propia inmediatamente después, hasta ser uno de los equipos en mejor forma de la categoría. La reacción ha llegado en el tramo final de la competición, quizá tarde para vencerle a los pronósticos. Pero merece ser analizada al detalle. Nueve razones explican el cambio que ha escrito el técnico para su equipo.
- La solidez defensiva.
Las dos derrotas del Real Zaragoza ante Deportivo Alavés y Málaga le descubrieron a Fran Escribá una pista definitiva. Su equipo no está preparado para defender grandes espacios. El intercambio de golpes, ante las ausencias reiteradas en ataque, no le favorecía. Escribá acortó entonces los metros, armó al equipo y creyó en el compromiso y la generosidad del grupo. Lluís López y Jair Amador se han afianzado en la zaga, mientras los esfuerzos del grupo se doblaban, para adaptarse a las virtudes de su carril central. El Zaragoza defiende desde entonces más junto y los resultados son evidentes. Solo cinco goles encajados en una cadencia de nueve partidos.
- La fidelidad a un sistema.
Fran Escribá se ciñe a su 4-4-2, con sus virtudes y limitaciones. Creyó en su dibujo incluso cuando no tenía en su rotación a los mejores intérpretes. El modelo le permite cambiar de piel durante los partidos, recuperar antes y ser vertical en las transiciones. Ahora, con el regreso de Azón como estímulo, los ataques han cobrado un sentido distinto. Escribá tiene en su partitura a sus mejores solistas y juntar a los buenos, siempre fue el recurso más lógico de este juego.
- La transición como llave de ataque.
Las virtudes del Zaragoza se explotan mejor a la carrera. En ese punto del juego, aparece la velocidad de Giuliano Simeone, la carrera corta de Bermejo o los recursos de Bebé. La defensa posicional del Zaragoza, armada en un bloque medio, facilita los ataques concretos y veloces. Las conducciones de Francho Serrano sirven para agilizar el juego, para provocar un cambio de ritmo en la jugada. Mejor al espacio que al pie, el equipo de Escribá es más peligroso cuando puede correr.
- Francho Serrano y Jaume Grau, el punto de partida en la creación.
El Zaragoza ha encontrado su identidad con una media muy concreta. Francho Serrano es el guía del juego y Jaume Grau ha recuperado su sitio y su importancia. Los dos son tan opuestos como complementarios. Grau ve el fútbol de cara, elegante, con la cabeza levantada y proyecta el pase en corto. Lo suyo es la pausa y la buena letra. A Francho Serrano, veloz en la vida y en el juego, no le importa hacer algunos tachones. Conduce, libera y abarca todo el terreno que a Jaume Grau le falta. Cuando el partido se complica, Serrano agota el cuentakilómetros.
- Dobles parejas.
La mejora del Zaragoza se escribe también desde los costados. En las bandas, el Zaragoza ha encontrado dos grandes sociedades. En la izquierda, Carlos Nieto alcanza su mejor rendimiento de siempre. Mezcla con Bebé en su perfil, feliz en su diagonal más conocida. El portugués actúa en solitario y mientras intenta limar sus defectos en el retorno, Nieto va y viene, cuida la marca y después progresa. En el perfil diestro, Gámez y Bermejo se buscan y se encuentran. Combinan en corto y su sintonía sirve para explicar mejor uno de los triunfos claves: la victoria ante el Granada de Paco López.
- Giuliano Simeone, el mejor atajo.
Si el fútbol es un juego colectivo en el que un individuo puede cambiarlo todo, nadie lo hace como Giuliano en este Zaragoza. Su fútbol está hecho de hambre y de ambición. Su esfuerzo convenció a La Romareda desde el primer día y ahora vive su momento más lúcido en el juego. Clave en toda la temporada, su confianza se ha disparado en la mejor cadencia del Zaragoza. Autor de goles de potrero, también lee los secretos de los partidos en el área. En su debut en el fútbol profesional, está a un solo gol de alcanzar los dobles dígitos.
- El regreso de Iván Azón.
Iván Azón ha ordenado el panorama ofensivo, como uno de esos satélites que alumbran el juego. Capaz de hacer brillar al resto, su fútbol se entiende desde la generosidad. Alarga al equipo y le da al grupo todas las soluciones. Azón se ofrece en largo, guarda el balón y le da sentido a la aparición de la segunda línea. Además, ha encontrado en ataque a un acompañante ideal: Simeone habla el mismo lenguaje competitivo.
- La reacción ante los aspirantes.
Una de las limitaciones que marcaban el curso de la competición, era el nivel ofrecido por el Zaragoza ante los líderes de la competición. Antes del inicio de esta racha, siempre menguó y pareció estar en otra categoría. Esa circunstancia ha cambiado de un modo radical en las últimas jornadas. Lo demuestran los empates ante Levante y Eibar y el triunfo ante el Granada. El Zaragoza ha roto ese techo de cristal y busca confirmarlo ante uno de los equipos más especiales de la competición: la UD Las Palmas.
- La fuerza del grupo y la fe ante los imposibles.
La reacción del Real Zaragoza partió de dos derrotas consecutivas y una charla. Escribá calificó ese momento como el mejor entrenamiento de la temporada. Los empates que llegaron después fueron media victoria y el equipo ha encadenado su mejor racha del curso. En ese punto llegó a creer en algún imposible. El 3% fue un fenómeno viral, una ilusión escrita desde las redes. El empate ante el Eibar agota casi por completo las opciones del Zaragoza, pero la racha ha mejorado la imagen de su técnico y del grupo. Se espera que el epílogo de esta temporada pueda ser el mejor tráiler para la siguiente.