ZARAGOZA | El inmejorable estreno liguero en Cádiz dejo multitud de notas positivas y de protagonistas. Los focos recaerán sobre Soberón -como es lógico-, Keidi Bare, Dani Tasende o Marc Aguado; pero hubo un tipo que trabajó desde la sombra y que su fútbol se escribió desde la asociación y el entendimiento con sus compañeros en zona de tres cuartos de campo. Samed Bazdar se alejó de su zona de influencia para tratar de hacer funcionar al equipo a través de hacer saltar a los centrales de posición y liberar esos huecos que tanto agradecieron Soberón y Bermejo.
El delantero serbio aterrizó en Zaragoza como una gran apuesta de la propiedad. Del estilo de Víctor Fernández, el club blanquillo desembolsó alrededor de 2 millones de euros por él en una clara declaración de intenciones por parte de la dirección deportiva. Sus actuaciones en pretemporada ya dejaron con buen sabor de boca y es que ya se podía figurar en él un delantero centro con unas condiciones atléticas fuera de lo común y con unos movimientos -tanto al espacio como recibiendo de espaldas- muy reveladores de su potencial.
Su partido en El Nuevo Mirandilla fue la continuación de todo lo que había demostrado durante los encuentros amistosos. El primer gol dice mucho de lo que puede aportar al equipo de Víctor Fernández. Una magnífica acción individual de la que supo aprovecharse Soberón. El serbio le consiguió ganar el duelo a Fali después de un balón llovido, dejó el esférico de cara facilitándole el espacio al ex del Eldense y este definió desde fuera del área con la gran ayuda de José Antonio Caro. Un gol que clarificó todas las virtudes de Samed Bazdar. Minutos más tarde tuvo en sus botas el gol de su estreno por partida doble, pero esta vez el portero gaditano no estuvo tan generoso y logró taponar los dos disparos a bocajarro del serbio.
Está claro que Bazdar aún tiene muchas cosas que pulir, sobre todo de cara a puerta, pero las sensaciones que lleva dejando desde que recaló en las filas zaragocistas son más que buenas. Sus huellas recuerdan a viejos zaragocistas como Luis Suárez o Javi Puado. Ambos durante la anterior era de Víctor, llegaron como apuestas personales y se convirtieron en los líderes de un Real Zaragoza que casi asciende a Primera División.