El ciclismo es una de las disciplinas deportivas que más adeptos tiene en España. De hecho, la Península Ibérica es considerada por los profesionales de las dos ruedas como uno de los mejores destinos para practicar su deporte. Entre algunas de sus ventajas respecto a otros territorios, destaca el clima mediterráneo, así como las diferentes tipologías de paisaje que permiten desde la alta montaña hasta etapas largas sin apenas desnivel.
Tal es el interés del ciclismo en la industria deportiva, que tiene un gran impacto mediático. Este se puede ver, por poner algunos ejemplos, en las audiencias millonarias que registran las retransmisiones de las carreras más seguidas o los pronósticos deportivos que permiten las casas de apuestas en competiciones de la talla del Tour de Francia, siendo la apuesta más popular la que permite determinar el campeón, aquel que se enfundará el maillot amarillo.
Las grandes vueltas: Francia, Italia y España
Las tres competiciones más populares del ciclismo se conocen como grandes vueltas. Su nombre se debe a que tienen una duración de tres o más semanas. En total hay tres, cada una celebrada en un país diferente: Francia, Italia y España. Además, se consideran como los desafíos más completos que un ciclista se puede fijar, pues el trazado es muy diverso, etapas llanas, de montaña y contrarreloj.
La más popular de todas ellas es, sin duda alguna, el Tour de Francia. La carrera que recorre el país galo se celebró por primera vez en 1903, y es la más antigua del mundo. Tiene dos momentos que son ampliamente seguidos por el gran público. Primero, cuando los ciclistas escalan las montañas más altas en territorio francés. Y segundo, la etapa final en la que todos los participantes terminan el desafío entrando a París y recorriendo los archiconocidos Campos Elíseos.
Algunos años después que los franceses crearan una carrera, fue el turno de los italianos con el Giro de Italia. Se celebra desde 1909 y es la primera de las tres grandes vueltas que se celebra en la temporada. Así pues, es considerada como la gran puesta a punto para los ciclistas. Es más, el trazado suele ser de mucha exigencia y de mucha variabilidad, y el objetivo final de todo aquel que participa es terminar vestido con la maglia rosa, sinónimo de campeón.
En territorio español, la gran vuelta lleva el nombre de Vuelta a España. Nació en 1935 y suele celebrarse entre los meses de agosto y de setiembre. De su recorrido destaca que tiene una importante cantidad de etapas que terminan en puertos de alta montaña, aunque estos no son de tanta exigencia como los picos italianos o franceses. Como sucede con el Tour de Francia, en el último día se llega a la capital, en este caso, Madrid.
Mundiales, Juegos Olímpicos y Monumento
Hay más ciclismo aparte de las tres grandes vueltas. Una de las competiciones más populares es el Campeonato Mundial, uno de los títulos más importantes a nivel internacional. Nació en 1927 y, a diferencia de los ejemplos anteriores, se disputa en poco más de una semana. Quien vence se enfunda el maillot arcoíris y cada edición se celebra en una ciudad diferente. Las próximas sedes serán Glasgow, en el Reino Unido, Zúrich en Suiza, y Kigali en Ruanda.
Las dos ruedas también son una categoría olímpica más. Se integraron ya en la primera edición, en Atenas 1896, y desde entonces es uno de los deportes que más interés despierta. Hay diferentes tipos de competiciones: pruebas en ruta, exclusivamente de pista, de montaña e incluso de BMX. Si tenemos en cuenta el palmarés de medallas total, es Francia el país que lidera con más oros, con un total de 41, seguido de Reino Unido (38) e Italia (34).
Terminamos este repaso mencionando al Monumento, que son las cinco carreras más clásicas y prestigiosas del calendario internacional. Todas ellas llevan más de un siglo celebrándose, y ganarlas es todo un motivo de orgullo por la dureza que presentan. Estas son el Tour de Flandes, en Bélgica; el Giro de Lombardía, en Italia; Milán-San Remo, en Italia; Lieja-Bastoña-Lieja, en Bélgica; y la París-Roubaix, en Francia.