ZARAGOZA | Hace pocos días se pudo leer en un periódico aragonés que el objetivo de Germán Valera era jugar en primera división la próxima temporada. El de un servidor de ustedes es ganar en algún momento el Nobel de Literatura. Ambas cosas son muy improbables a día de hoy. La primera a corto plazo debería ser inviable por el rendimiento del jugador. La segunda lo será porque además de no poseer ese talento extraordinario, habría que alargarlo hasta la vejez, un lugar donde no tengo claro si sabré llegar.
Pero aquí hemos venido a escribir sobre Valera y el Real Zaragoza. Lo más parecido hoy en día a mezclar el agua con el aceite. Cohabitan, pero de manera independiente, sin tocarse. Valera va por un camino en el que el Real Zaragoza se pierde. La institución sabe cuál debe ser su destino, pero jugadores como Valera hace que se distraiga y se meta por parajes y veredas que hacen del recorrido un laberinto que te vuelve a dejar en la línea de salida.
El equipo necesita seriedad y sencillez en sus propósitos, palabras del insigne Javier Ibarra, zaragocista ilustre. Saber llevarlas a cabo será lo que le dará lustre a la historia del Real Zaragoza cuando se consiga el objetivo de devolverlo al lugar que le corresponde. Pero Germán Valera es obstinado en la equivocación, en tomar siempre la peor decisión.
Hay ególatras que dicen aquello de “yo o el caos”, en el caso del Real Zaragoza se podría decir “el orden o Valera”. Avanza metros sin saber hacia dónde ni porqué, o se echa para atrás y juega de espaldas a la portería contraria en una decisión que parece tomada por el equipo rival. Cuando a veces en una decisión sorprendente logra una acción positiva, y regatea a un par de jugadores, parece entrar en colapso y vuelve a aturullarse, como si necesitara volver a su zona de confort, el error.
Hay delincuentes reincidentes y “Valeras” del fútbol donde la equivocación en el terreno de juego se sublima de tal manera que se convierte en arte en sus botas. Grotesco, de una fealdad pavorosa, pero es que elegir siempre mal tiene aún más mérito que acertar siempre, y eso hay que valorarlo como se merece. La ironía y el humor son el mejor antídoto ante lo que duele como si fuera un miembro más del cuerpo. Y el Real Zaragoza a su afición le duele, y no puede entender como uno de sus jugadores sea incapaz, aunque sea por un egoísmo profesional que buscase esa quimera suya de jugar en primera división (yo también quisiera salir con Miss Venezuela, algo que parece difícil si no viene ella a buscarme a España), hacer algo sobre el campo que beneficie al equipo que le paga.
Valera ya no está jugando en un Principado sino en un Reino, y parece que no se ha dado cuenta. Isabel no para de consolar a Fernando desde las alturas, cuando la mirada de este se desvía al carril izquierdo de la Romareda. Al Real Zaragoza habría que llegar con el periodo de prueba superado. Esto tampoco es un paraíso fiscal, sino un paraíso para el futbolista, por lo menos hasta hace un tiempo, quizá ya demasiado.
Germán, estás pisando por zonas por donde pasaron Savio, Kily González o Nayim por poner unos ejemplos. Sé que es imposible igualar a esas leyendas, pero no borres con tus pisadas esas huellas doradas que todavía brillan en nuestras memorias. Tienes tiempo para aprender y puede que lo consigas, pero has cogido a un Zaragoza que ya no tiene tiempo para enseñar.
La que nos has liado, a la altura de Roncero. Tienes más cerca el Nobel… de un valencianista.
El Real Zaragoza lleva unos cuantos años en segunda división, y no creo que sea por culpa de un chico que quiere hacerlo bien para poder aspirar a lo que cualquier jugador desea, estar en primera división.
Al Real Zaragoza, desde que está en 2a división han llegado infinidad de jugadores, y supongo que sí sigue estando en segunda tampoco lo habrán hecho muy bien. Por tanto hay que ser más prudente con los comentarios porque no querrás que un chico de su edad tire del carro mientras otros se dejan llevar. un saludo