El club oscense acaba de hacer oficial que el argentino será el técnico que dirija a los azulgranas en su primera campaña en Primera División.
Leo Franco es un hombre de la casa. Su conocimiento de la entidad, del vestuario, la filosofía del club han sido elementos indispensables para que el argentino asuma el vestuario del Huesca en el estreno del club en Primera División. Así lo han ratificado tanto el presidente de la entidad, Agustín Lasaosa, como el director deportivo, Emilio Vega.
Una de las primeras declaraciones de intenciones de Leo Franco es que “hay que mantener el estilo de Rubi, con nuestra forma de jugar”. Portero de dilatada experiencia, estas dos temporadas le han servido para empaparse de lo que es y significa el Huesca. Confirmada la marcha del técnico catalán, el miércoles recibió la oferta de la entidad para hacerse cargo del vestuario y aceptó. Para él es un reto. Ha jugado muchos partidos en Primera y ahora tiene la oportunidad de dirigir a un equipo en la mejor Liga del mundo.
Pausado en las respuestas, guardándose algún segundo antes de hablar cuando lo ha considerado necesario, Leo Franco ha defendido que va a buscar sobre el campo plasmar los distintos estilos de juego que ha absorbido durante su carrera como jugador y a los que imprimirá su sello propio. Llega a la entidad con su propio grupo de colaboradores y mantendrá a dos de la casa como son Adrián Sipán y Adrián Mallén.
El hecho de que aún quede una jornada de Liga ha servido de escudo perfecto para no hablar de la nueva plantilla de forma más concreta. Eso sí, el técnico defendió que la actual base será un referente para la temporada 2018/19.
La estrecha relación de Leo Franco con el Huesca se remonta al verano de 2015. El cancerbero dejó San Lorenzo de Almagro para ponerse bajo los palos de un conjunto oscense que había retornado al fútbol profesional. A los mandos de Tevenet y Anquela en aquel primer curso, el argentino contó con la máxima confianza, siendo titular en 28 encuentros.
El meta de San Nicolás de los Arroyos fue una de las claves de la sufrida permanencia del Huesca en Segunda y tras finalizar la temporada se retiró de los terrenos de juego para pasar a forma parte de la directiva como principal responsable de las relaciones externas.