La calidad de la nómina de los jugadores de León hace del equipo de Guijosa uno de los más fuertes de la Asobal. El Bada Huesca visita este domingo (18.00) a un siete involucrado también en Europa.
León vive empeñada en volver a ser quien fue en el balonmano nacional y europeo. Con Guijosa en el banquillo si algo tiene asegurado es que nadie puede bajar en intensidad, porque quien lo haga tiene asegurada la reprimenda de quien llegó a ser designado en 1999 como el mejor jugador del mundo. León llega a la cita con el Bada Huesca de este domingo (18.00) tras derrotar el jueves al Kadetten Schaffhausen por lo que habrá que ver dónde está el punto de equilibrio entre la alegría de la victoria y el desgaste por cansancio al firmarla (23-24). Pese a ello, si algo tiene claro el técnico del siete altoaragonés, José Francisco Nolasco, es que “tienen potencial suficiente como para que no les pese la acumulación de partidos, ni física ni mentalmente, y hacer valer otros factores, como el hecho de que jueguen en su casa o que tienen más banquillo”.
Y es que la plantilla que han puesto en manos de Guijosa es puro lujo. Juanin, Biosca, Costoya, Simonet, Vejin, Carou, el exHuesca Vieyra, Simonet, Cupara, Juan Fernández y Pesic son algunos de los tipos que conforman un bloque con mucho balonmano y enorme calidad.
El partido será el segundo de Ariño desde que retomara la defensa del escudo con el Bada. Contra Puente Genil firmó un gran encuentro. Pocos dirían que ha estado apartado durante unos meses de la Asobal. Ahora le tocará contra León. “Vienen de ganar un partido de Champion, pero seguro que no van a salir relajados y más sabiendo cómo es Guijosa que le mete a todos los partidos mucha intensidad le salgan o no las cosas”, señala el central zaragozano. Ariño tira de memoria para recordar que el año pasado, en la primera parte “no nos salió nada y nos metieron de siete u ocho por lo que fue muy difícil remontar y eso que en los segunda parte estuvimos allí. Y aquí, en casa, les ganamos. Creo que es un equipo que si haces bien las cosas, ellos pueden fallar. Tenemos que intentar tener la oportunidad, aprovechar el momento que tengamos aunque va a ser muy difícil. Hay que salir con el pensamiento de ganar, porque no hay nada imposible”.
Lo que permanece inalterable en la cabeza de Ariño es que este regreso a la Asobal se circunscribe a los 45 días que anunció tras su fichaje porque sus estudios de Medicina -está en cuarto curso- requieren de su plena concentración. “No hay resquicio para quedarme más. Es verdad que a ciencia cierta no hay nada seguro en esta vida -sonríe- pero en principio tanto el club como yo hemos acordado hasta finales de diciembre”.
Ariño se formó como central y llegó al extremo por las circunstancias de un BM Aragón que tenía en nómina a jugadores como Maqueda y Dujshebaev. “Yo me lo paso mejor como central y siempre he estado allí muy a gusto”, señala.