“Nos vamos con las manos vacías”. Es la expresión que ha utilizado hasta en tres ocasiones el delantero del Real Zaragoza, Miguel Linares, tras la derrota en Pamplona. Refleja claramente el sentir de un vestuario, que se encuentra “dolido”. En cualquier caso, tiene claro que el equipo “ha seguido trabajando e intentándolo”, pero no ha podido ser.
El ‘7’ zaragocista no se ha escondido al ser preguntado por la actuación del colegiado del encuentro. “Nos han puesto piedras en el camino“, ha valorado. Y es que la expulsión de Íñigo Eguaras al poco de empezar la segunda parte ha sido un duro golpe. “Quedar con uno menos en el minuto 50 condiciona mucho, sobre todo en un campo como este”, ha lamentado.
El árbitro le acusa de tirarse
Linares también se ha referido a la situación en la que el árbitro le ordenó levantarse en la primera parte. El de Fuentes de Ebro no se achantó y le enseñó el muslo de su pierna en la que recibió el impacto de un jugador osasunista. “Si considera que no es penalti, lo entiendo, pero que no me diga que me he tirado porque no ha sido así“, ha expresado en un tono de enfado.
En cualquier caso, Linares extrae una lectura positiva del encuentro. “El equipo ha estado en todo momento bien posicionado. Toca seguir trabajando para que el míster siga contando conmigo“, ha indicado.
Luchar por la afición
El delantero también se ha acordado de la afición. “Nos debemos a un escudo y a una afición. Hemos de pelear para que nuestra gente se sienta orgullosa del equipo. Hasta que las matemáticas digan lo contrario, lucharemos hasta el último momento“, ha transmitido. Queda claro que Linares no se rinde.