ZARAGOZA | “No conozco otro camino que seguir trabajando para jugar más”.
La frase es de Lluís López y resume a la perfección su forma de sentir el fútbol. O la vida. El deporte siempre tuvo un valor especial: sirve como un modelo de conducta, como un perfecto reflejo de todas las cosas. Se juega cómo se entrena. Se vive cómo se juega. Y Lluís López reúne en un solo futbolista dos de las cualidades que más se aprecia en cualquier vestuario: la ética de trabajo y el sentido de grupo.
El central catalán vive su tercera temporada en La Romareda. El curso pasado fue capaz de despejar las dudas del inicio, hasta hacerse con la titularidad en la segunda vuelta. Si en su estreno en Zaragoza apareció en la fotografía de los goles encajados, en su segundo año fue el central más regular de todos. En la segunda vuelta, llegó puntual a todos los cruces y mostró su rigor y su madurez. Su evolución en ese tiempo no admite ningún secreto: el trabajo sin descanso.
Durante esta temporada ha perdido el lugar que ganó en la anterior. Francés ha recuperado el sitio y ha mostrado su talento defensivo. A su lado, Jair aparece en el lugar de las certezas. Mouriño parece una alternativa sólida: es un central moderno, dueño de unas condiciones físicas superiores, un jugador con el valor de una promesa. El inicio del curso situó a Lluís López en el cuarto lugar de la defensa. No actuó hasta el partido frente al Andorra, en la octava jornada. Allí pudo estrenar en el tramo final una elección que define su peso en el grupo, el brazalete de capitán.
Su entorno confirma que las palabras pronunciadas en su última rueda de prensa le definen. Cuando se anuncia la titularidad, en cada partido que no juega, sus amigos buscan palabras de ánimo para el futbolista. Nunca hacen falta. Lluís López tiene tanta fe en sí mismo y en sus posibilidades que es él el que acaba animando al resto. Siempre dice que el trabajo hará que llegue su momento, que nunca piensa rendirse.
Escribá siempre fue difícil de interpretar, pero todo indica que el central puede tener ante el Sporting una nueva oportunidad. Ejemplar en todos sus entrenamientos, Lluís López vive cómo juega y no conoce otro camino que el trabajo diario y la insistencia.