ZARAGOZA |Jair Amador encadena tres suplencias seguidas. Su bajo nivel en los últimos partidos provocó que Velázquez decidiera sentarlo en detrimento de Lluis López. El catalán ha aprovechado sus oportunidades y se ha asentado en la zaga de tres centrales. Sin embargo, quizás es demasiado el castigo para el segundo capitán, que no ha vuelto a vestir la blanquilla desde el 15 de enero.
Jair Amador comenzó la temporada de igual manera que la terminó. A gran nivel y como un fijo en la plantilla. El año pasado estaba incluso por delante de Francés. Su buen nivel fue recompensado con ser el segundo encargado de lucir el brazalete del león. En verano formó parte de la mejor dupla de centrales de la segunda división, pero el tiempo ha opacado sus virtudes y ensalzado sus defectos. El portugués nunca ha destacado por su buen hacer con el balón. Con el canterano a su vera, nunca era él quien sacaba el balón y simplemente escurría el bulto. Donde siempre ha destacado ha sido en labores defensivas. Un defensa contundente, fuerte, alto. Incapaz de superar y una amenaza a balón parado. Vistos los últimos partidos de Jair, nadie diría esto de él. Al menos de sus virtudes, porque su destreza con el balón sigue siendo igual.
En contraposición, Lluis López es muy diferente. Hábil con el balón, mejor en los duelos en el suelo que en los aéreos, un defensa que prefiere esperar y corregir antes que imponerse y adelantarse. Realmente que Lluis López le haya quitado el puesto a Jair no tiene nada que ver con la manera de jugar de ambos, sino porque no hay más. El perfil del catalán es similar al de Francés, pero el canterano está como para sustituirlo. Lo mismo ocurre con Mouriño, que es el que más cómodo está con la defensa de tres. Pero realmente Lluis López no está dando motivos para ser sustituido. Velázquez no es de cambiar las cosas si funcionan. Sobre todo cuando pocas cosas funcionan en este Real Zaragoza.
Salvo sorpresa no parece que Jair Amador vaya a contar con muchos minutos en lo que resta de temporada. Puede volver a demostrar su valía cuando Francés tenga que irse de nuevo en marzo para jugar con la Rojita. También cuando Mouriño tenga que cumplir el ciclo de amarillas, que está a una de hacerlo. O Dios no lo quiera, haya una lesión más. En función de su rendimiento quizás se equilibren los minutos. Pero Jair tiene un espejo en el que mirarse viendo la situación en la que está. Lluis López comenzó la temporada sin minutos. Mouriño le había superado en la rotación y era el cuarto central. Su situación era peor, pues era el cuarto central en una defensa de dos. Sin embargo, él supo esperar su oportunidad y ha logrado asentarse en el once.