El colegiado pitó el final en el Ciutat de València y el Huesca celebró la victoria como nunca, sabiendo lo que suponía. Desde sporthuesca.com os traemos detalles más que curiosos de lo que aconteció la noche del sábado pasado.
Un final apoteósico. Un desenlace épico. Todos somos conscientes de que el Huesca hizo historia y de cómo lo hizo. Los más de 1.100 azulgranas presentes en Valencia inmortalizaron el momento, todos a su manera, cada cual de forma única y distinta a la anterior, y todas para el recuerdo. El Huesca festejó en el campo con la afición, en el vestuario, y en zona mixta con los periodistas. Una noche legendaria que jamás escapará de las retinas de todos y cada uno de nosotros, pero hay cosas que Huesca entera no vio.
Huesca no vio cómo nuestro colaborador Edgar Navarro afirmó, horas antes del inicio, adentrándose en el estadio granota, que el conjunto azulgrana sería equipo de ‘playoff’ tras finalizar el choque.
Huesca no vio la tremenda sonrisa con la que salió Carlos Akapo a zona mixta. Fue el primer jugador en aparecer ante los medios y lo hizo más feliz que nunca. Motivos tenía.
Huesca no vio cómo el ‘speaker’ del Levante felicitaba al Huesca, a su afición y a la ciudad oscense entera a gritos de “os deseamos toda la suerte del mundo en el ‘playoff'” y de “os esperamos el año que viene en este estadio”. Levante es de Primera, lo festejaron los de Muñiz sobre el césped mientras el Huesca esperaba en el túnel de vestuarios y, cuando los granotas terminaron, los azulgrana regresaron al verde para celebrarlo con todos sus seguidores. Gracias, ‘speaker’.
Huesca no vio al Petón más emocionado. El consejero delegado de la SD Huesca quiso remarcar en zona mixta la importancia de los medios de comunicación que informan sobre el equipo, destacando su necesidad durante la temporada y su relevancia en noches como la del Ciutat. Lo agradeció de todas las formas posibles. Todos somos Huesca.
Y Huesca no vio cómo Juan Antonio Anquela parecía no creerse todavía lo que habían logrado. El jienense fue el primero en subir al autocar de la expedición, se descamisó y charló con el delegado del equipo, Luismi Lasaosa. Es la imagen. La soledad del entrenador, de un técnico que aseguraba minutos antes en sala de prensa que sin fe no se logran cosas como esta. Anquela cree en el equipo y el equipo cree en él. Gracias, míster.