ZARAGOZA | A falta de 15 puntos por disputarse, parece que el Real Zaragoza peleará por quedar lo más alto posible en la tabla pero sin ningún gran objetivo a la vista. La lucha por el descenso o los ‘play-off’, 9 y 10 puntos respectivamente, quedan muy lejanos viendo lo que resta de temporada. La actual racha del Real Zaragoza ha logrado que los aficionados se ilusionen con las ínfimas posibilidades de luchar por algo más bonito está temporada. Sin embargo, está racha llega demasiado tarde. Los equipos de arriba tienen un colchón lo suficientemente grande como para nublar las posibilidades de colgarse en la pelea por el playoffs. Echando la vista hacia atrás se ven la gran cantidad de ocasiones en las que el equipo pecó de conformismo o simplemente con la plantilla que había en ese momento no daba para más. Un ejemplo son todos los partidos con superioridad numérica que el Real Zaragoza ha dejado escapar. De los 7 partidos en los que el equipo ha estado con uno o dos más, sólo se ha logrado una victoria. Un bagaje de 8 puntos de 21 posibles.
Y es que el equipo de Escribá ha tardado en carburar. La temporada del alicantino se puede resumir en irregularidad. El Real Zaragoza tuvo que esperar 36 jornadas para celebrar dos victorias seguidas. Su idea nunca varió, pero los mimbres para plasmarla en el campo eran escasos en su llegada. Ha conseguido formar un equipo sólido, capaz de competirle a cualquier equipo. Pese a su irregularidad, si nunca hubiera existido lo que precede al técnico alicantino en la presente campaña, estaríamos hablando de otros objetivos. El equipo se colocaría noveno a tan solo tres puntos de la promoción de ascenso.
El problema de la delantera ha tardado en resolverse
El ataque ha sido la posición que más problemas ha generado en el desarrollo del curso. La dirección deportiva lleva años sin acertar en su delantero insignia. Las sinergias posibilitaron la llegada de Simeone, pero la apuesta por Pape Gueye no ha salido nada bien. Su bajo rendimiento, sumado a las recurrentes lesiones de Iván Azón dejaron una delantera casi huérfana. Mollejo, que el año pasado jugó de carrilero en Tenerife, ha sido el compañero habitual de Simeone en la delantera hasta su lesión de tobillo frente al Andorra.
Tantos problemas en la delantera han sido claves para que el equipo de Escribá no haya podido mantener una mejor regularidad y en ocasiones se haya tenido que conformar con el empate. Hasta la llegada de Bebé y la recuperación final de Iván Azón, Simeone sostenía una delantera carente de goles. El mejor tridente ofensivo del Real Zaragoza no coincidió en el once inicial hasta el 8 de abril frente al Granada, una clara muestra de lo que ha sufrido esta temporada la línea atacante. Al menos, las lesiones han permitido la aparición de Pau Sans en el primer equipo. Pese a casi no contar con minutos, el míster está muy contento con su rendimiento y es un habitual en las convocatorias de las últimas semanas.