Lorena García Gil (Zaragoza, 1993) es árbitro profesional en División de Honor femenina y en la segunda categoría masculina. Es graduada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y entre semana trabaja como monitora en un gimnasio. También es árbitro internacional. Hemos hablado con ella.
Te pillamos recién llegada de arbitrar en Tenerife, ¿qué tal?
Este lunes volvía de la fase de ascenso a División de Honor femenina que se disputaba en formato Final Four en Tenerife. Los cuatro equipos clasificados de División de Honor Plata jugaron todos contra todos de viernes a domingo y el ambiente con las aficiones y el pabellón lleno fue espectacular. Son experiencias que dan mucha vida en este deporte y estoy súper agradecida de poder vivirlas.
¿Cuál es tu mejor momento en el arbitraje?
Me quedo con la fase final de la Copa de la Reina en abril, el partido de semifinal entre el Aula Valladolid y Elche en Barakaldo. Llegamos a la prórroga, yo nunca había arbitrado una prórroga y en el pabellón había más de 2.000 personas, algo brutal para el balonmano femenino. Hubo muchos medios, publicidad, la presión era enorme pero eso es un placer porque el ambiente fue increíble.
Mi mejor momento como árbitro es la semifinal de Copa entre Valladolid y Elche en la prórroga con más de 2.000 personas
¿Cómo consigues abstraerte de los bombos, bocinas, gritos, cánticos que rodean al partido para centrarte únicamente en las jugadas?
La psicología deportiva está muy presente en el deporte en el siglo XXI. Eso es algo que por supuesto también entrenamos. La mente se entrena y hay varios tipos de árbitros. A mi me encanta esa presión con más ruido y más gente gritando y animando a sus equipos. He llegado a torcerme un tobillo -levemente- y ni darme cuenta de lo concentrada que estaba en el partido. Al día siguiente fue cuando me di cuenta.
Es tan importante la mente como el físico…
No solamente es llegar el fin de semana, arbitrar y para casa. Lleva muchísimo trabajo entre semana, esto permite tener una buena recuperación, evitar lesiones o que sean lesiones largas. La temporada es larga para los que viajamos cada fin de semana.
¿Cúales son las pruebas físicas para el arbitraje?
Cada seis meses, sobre todo a finales de agosto, pasamos las pruebas físicas. En concreto, el test de course-navette. Durante la temporada, el trabajo de fuerza es muy importante ya que hacemos muchísimos cambios de dirección, de ritmo, sprints… Todo lo que puedas evitar estar pensando en que tu físico reaccione bien, es lo que ganarás mentalmente para tomar una decisión difícil o rápida.
A finales de agosto, pasamos las pruebas físicas: el test de course-navette
¿En qué momento te das cuenta de que el balonmano es una piedra angular en tu vida y quieres apostar por él?
Yo empecé muy tarde en el balonmano, me gustaban todos los deportes y nunca me decidía por uno. Siempre era y soy muy competitiva y practicaba un poco todos los deportes. Llegó un momento en el que el chip cambió y dije “este deporte me aporta muchísimo más que los demás”. Empecé en el Balonmano Almozara. No había gente de mi edad, así que jugaba siempre con chicas más mayores, por lo que me hacía ir al 100% siempre para estar a su nivel. Después estuve en la selección aragonesa durante cinco años y llegué a ser capitana. A partir de ahí, jugué en División de Honor Plata. Estuve 3 años jugando en categoría nacional y eso me aportó muchísima experiencia tanto táctica como técnicamente, lo cual me está ayudando muchísimo ahora al ver el juego. Cuando el Rótulos desapareció como el club de Plata de Zaragoza me fui al Stadium Casablanca donde estuve dos temporadas con mis amigas y empecé a entrenar a equipos de la escuela en Balonmano Aragón y Cuarte de Huerva. Mi vida era el balonmano. Un día dije “solo me falta por probar un ámbito: el arbitraje”. A los 18 hice el curso de árbitro y la verdad es que jamás pensé que llegaría a ser mi profesión. Es mi pasión.
Muchas horas de viajes y partidos los fines de semana y muchas horas de trabajo semanal como monitoria en el gimnasio… ¿Cómo sacas tiempo para todo?
Es cuestión de organización. Las personas a veces me dice que sacrifico muchísimo por el arbitraje y si realmente me compensa. Yo siempre digo que nunca sacrifico, sino que priorizo para conseguir los objetivos que quiero. Es cierto que me he perdido muchas bodas, cumpleaños, fiestas… pero mi objetivo lo tengo claro y para conseguirlo tengo que dejar a un lado eso y priorizar el arbitraje. Llevo un ritmo de vida muy alto y no concibo tener un fin de semana libre. Cuando lo tengo, lo ocupo con balonmano, ya sea viendo partidos, viendo chavales de la escuela de Aragón o pitando en Zaragoza.
Nunca sacrifico nada, sino que priorizo para conseguir mis objetivos
Lo que sí es una lástima es la desaparición del Balonmano Aragón en 2016, 10 años después de llegar a disputar la final de la EHF contra el Magdeburgo…
Es muy triste, me da mucha pena que Zaragoza no tenga un equipo en la máxima categoría o al menos en la segunda categoría, que es donde yo arbitro y así de vez en cuando me ahorraría un viaje (risas). Creo que hay jugadores que valen y que podrían estar, pero necesitamos unión para formar un equipo en Zaragoza con capacidad para poder ir ascendiendo poco a poco. Tengo la esperanza de algún día arbitrar en mi tierra en la máxima categoría. Todos debemos unirnos para conseguir un equipo en Asobal.
También has colaborado con el Campus de verano de balonmano de Mora de Ruebielos…
Ahora pertenece a la Federación. Yo empecé como jugadora, en mis veranos en los que en vez de descansar me dedicaba al balonmano. Cuando ya no tenía edad para ir como jugadora, Demetrio Lozano, que era quien lo dirigía por aquel entonces y posteriormente sería mi profesor en la Universidad San Jorge, me propuso como monitora y entrenadora del campus y estuve cuatro o cinco años. Era una semana fantástica, me encanta trabajar con niños y adoraba ir a la semana de Mora de Rubielos.
Y ahora… ¡turno para el balonmano playa!
El balonmano playa apareció en mi vida por casualidad, porque me gusta probarlo todo. Empecé pitando en Aragón la competición que hay, que por cierto empieza el 9 de junio en las piscinas del Actur. Ahora estoy arbitrando en categoría nacional, el Handball Tour, que es en verano en diferentes puntos de España. Al final se dio la oportunidad de ser árbitro internacional, pité una Champions Cup en Gran Canaria hace dos años. Este año me voy a tomar el balonmano playa con un poco más de relajación. Sí que pitaré en el torneo de Zaragoza y en el Campeonato de España en Alicante y arbitraré también en Valencia. El 15 de agosto ya empieza la pretemporada para pasar las pruebas físicas.