Lorena García (1993), zaragozana de nacimiento, arbitra División de Honor Femenina, segunda categoría masculina y desde esta temporada es árbitra habilitado junto a su pareja para arbitrar en Liga ASOBAL. Además, está graduada Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. En suma, es árbitra internacional, representando a Zaragoza y Aragón por todo el mundo. Hablamos con ella en uno de los días más felices en su vida profesional.
Te cogemos en el que será uno de los días más felices de tu vida. ¿Es así?
La verdad que sí. Nos ha llegado la noticia, que es super positiva, y creo que nos va a dar mucha vida y nos va a dar más ganas de trabajar si cabe.
Ahora hablaremos acerca de cómo empezaste, pero ¿creíste en algún momento en llegar a poder arbitrar en ASOBAL?
No, para nada. Yo empecé hace 10 años con el objetivo de aprender un poco más acerca del deporte que practicaba. Empecé por hobby y hasta ahora.
¿Cómo empiezas en el mundo del balonmano?
Empecé a jugar al balonmano porque siempre he sido una chica muy deportista. No era la mejor en ningún deporte pero se me daban bien todos. Me costó decidirme, pero al final me decidí por el balonmano, que me parecía un juego super atractivo. Con 12 años empecé en mi barrio. A los años cambié a Rótulos, donde estuve tres años y donde debuté en División de Honor Plata Femenina. Rótulos desapareció y yo seguí jugando por afición. Unos años después decidir: era entrenadora, jugadora, y llegó la oportunidad de ser árbitra. Comencé en Aragón, me vio la Federación Española y pensaron que tenía futuro. Al final el tiempo les ha dado la razón (risas).
Me observó la Federación Española y pensaron que tenía futuro. Al final el tiempo les ha dado la razón.
Esto no es un ascenso tal cual. La Federación Española de Balonmano ha decidido recuperar la figura del ‘árbitro habilitado’. Cuéntanos un poco de qué se trata.
Yo no lo conocí, pero hace bastantes años surgió esta figura. Este año el Comité lo propuso a la Asamblea de la Federación. Dos parejas de mi categoría han sido habilitados para arbitrar en División de Honor ASOBAL, la máxima categoría. Mi pareja y yo hemos tenido la suerte de ser una de las parejas que podemos llegar a debutar en ASOBAL.
Para arbitrar y para llegar alto es clave la mentalidad y la concentración en tu trabajo. Por ello, ¿prefieres el balonmano sin público?
A mí me encanta trabajar con tensión. El público es parte del espectáculo. Pienso que a nosotras nos hace estar mucho más concentradas, estar bajo presión. Esta temporada ha sido un poco complicada, atípica, pero hay que superarlo porque el balonmano tiene que volver a la normalidad.
¿Es difícil crecer en el arbitraje como mujer?
Yo nunca me he sentido discriminada como mujer. Siempre me han tratado igual que a mis compañeros. Si he tenido obstáculos nunca ha sido como mujer, siempre ha sido como árbitro. Es cierto que siempre me he sentido querida y apoyada por las federaciones. Somos personas, somos iguales y lo que me ha llevado hasta aquí es el trabajo.
Somos personas, somos iguales y lo que me ha llevado hasta aquí es el trabajo.
Nandi Espino es la tercera mujer que arbitra en ASOBAL. La pionera fue Cristina Fernández seguida de Agatha Gracia. Ahora te unirás a ellas. ¿Se está persiguiendo la igualdad? ¿Te sientes pionera?
Se está llevando a cabo una gran labor por parte de las federaciones. Quieren que subamos y que lleguemos a donde puede llegar cualquier hombre. En Aragón soy la primera mujer que arbitra en categoría nacional y si hay suerte debutaré en ASOBAL. Puedo ser un referente porque yo no tenía a nadie en mi comunidad.
¿Te sientes, de alguna manera, representante de Aragón en el panorama nacional?
Por supuesto. Lo llevo a mi Aragón y a mi Zaragoza a todos los sitios. Viajo con la Virgen del Pilar e incluso la llevo en el silbato y en la maleta colgada. Mi compañera, pese a ser gallega, la lleva también. La Virgencica del Pilar me acompaña a todos los sitios y con mucho orgullo digo siempre de dónde soy.
¿Cómo ves el futuro del balonmano aragonés?
Nos falta subir un peldaño muy grande. Es muy importante que tanto clubes como entidades, comités y federaciones se apoyen porque al final todos queremos lo mismo: lo mejor para el balonmano en nuestra tierra. Tener tantos equipos en Plata femenino o en Primera masculina… ¿Para qué sirve? Ojalá pudiéramos hacer un equipo con los mejores jugadores para ascender de categoría y llegar a la élite como ha estado el Balonmano Aragón tantos años.