ZARAGOZA | En el centro de la pista que le dio la oportunidad de competir en la élite del baloncesto en la que ha permanecido 21 temporada, Rodrigo San Miguel ha dicho adiós oficialmente a su condición de jugador profesional junto a muchos de los que de una u otra manera le han acompañado en este tiempo. Sobre todo cuando daba sus primeros pasos, y a las camisetas de todos los equipos que ha defendido.
“Hay cosas que se dan como naturales por el día a día, pero jugar tanto tiempo en la élite no es fácil. Estoy orgulloso de todo lo que he conseguido y alcanzado en el baloncesto”, ha manifestado en su despedida en la que ha controlado sus emociones y “todavía no he llorado. He disfrutado de mi pasión que es el baloncesto”.
San Miguel (Zaragoza, 1985) comenzó su trayectoria profesional en el entonces recién nacido CAI Zaragoza en agosto de 2002 aunque la fecha exacta no la ha conseguido a pesar de que “he buscado el día exacto que empezó la pretemporada pero no lo he conseguido“, ha confesado sobre un día del que se acuerda de la charla, de conocer a los que ya serían sus nuevos compañeros y de que “venía de jugar en el cole en Calasancio a estar aquí y eso impresiona”.
“No me imaginaba que mi carrera iba a ser así”, ha afirmado con claridad sobre una larga trayectoria a la que ha contribuido que le respetasen las lesiones. San Miguel no ha tenido ninguna duda en señalar sus “tres momentos” imborrables y más importantes en estas 21 temporadas: “El día que ganamos con Iberostar Tenerife la BCL porque era un título de verdad y hay poca gente y ganar con Tenerife fue único y además no se esperaba. El debut en la selección española era lo máximo a lo que podía aspirar y llegó con las ventanas FIBA y mi presentación aquí cuando volví al Basket Zaragoza y sentí el calor de la afición”.
Sobre algún mal momento, no ha sabido encontrar uno concreto aunque ha pasado por bajones, a pesar de que “no todo es positivo porque desde fuera es muy bonito, pero hay presión, una exigencia muy alta y no siempre puedes dar lo mejor”.
Desenlace en Burgos
No obstante, ha insistido en que la veteranía ayuda “a valorar más cosas” y ha puesto como ejemplo la última temporada que ha vivido en Burgos que “no ha sido sencilla, pero a mi mujer le decía estoy feliz de jugar, viajar… y eso lo da la experiencia y el tiempo”.
De un breve vídeo que ha repasado algunos de sus momentos estelares ha comentado que “recuerdo casi todas las jugadas y viéndolo sé que eso es lo que voy a perder“, aunque ha añadido que se trata de un decisión que toma “firmemente, por las circunstancias” junto con su familia aunque también convencido de que podía haber jugado algún año más.
Momentos que no se repiten
“Pensar que no voy a volver a jugar me cuesta verbalizarlo y asumirlo. Ahora creo que estoy bien, y con el día a día lleva a olvidarse”, ha confesado, a la vez que ha añadido que “la sensación de estar en la pista y disfrutando del baloncesto sólo se siente en partidos de alto nivel“. Entre los consejos que les da a los jóvenes es que disfruten todo lo que puedan porque “hay momentos que no se repiten y otros en los que se pierde la perspectiva”.
La reacción que ha habido tras el anuncio de su retirada este lunes, Rodrigo San Miguel la ha calificado de “bestial e increíble” por parte de todos, jugadores, técnicos, periodistas y amigos, y ha reconocido que, en tono de humor negro ha sido “como cuando te mueres, que todo el mundo habla bien de ti y eso lo he leído y lo he sentido”. “Me he sentido querido por todos”, ha concluido