El Alcoraz, con 3381 espectadores según datos de LaLiga, registró su mejor entrada de la temporada.
Y es que si había un partido que podía despertar un interés mayúsculo era este. Con los dos equipos en la zonal alta de la clasificación, poniendo en juego la privilegiada posición de ascenso directo, se presentaba el duelo ante el Girona como un verdadero partidazo. Y lo cierto es que no defraudó. El partido tuvo de todo: alternativas, polémica, goles y buen juego por parte de ambos equipos, que disfrutaron de una parte para cada uno.
El aficionado de la SD Huesca tenía ante sí el reto de engancharse con un equipo que está dando lo mejor que tiene esta temporada y que además es en su estadio donde está brindando lo mejor de su juego, con cuatro victorias consecutivas en casa. Esta era la carta de presentación con la cual acudía el equipo de Anquela al choque frente a un Girona que dejó una gran sensación sobre el césped algo saturado de agua del Alcoraz.
Si este año se había sufrido en casa con el tema de horarios, ayer el día y la hora no eran para situarlos como excusa y si bien es cierto la entrada fue ligeramente mejor que el día del Real Oviedo, es importante la afición también dé un paso al frente en un momento bonito e ilusionante para el club y para la ciudad como el actual.
Pese a la derrota, en el partido de ayer ante el Girona la afición alentó a sus futbolistas hasta el final y buena cuenta de ello es la tremenda ovación que propició a los jugadores azulgranas una vez finalizado el partido. Ese binomio equipo-afición tiene que volver a ser el de antaño y volver a convertir al Alcoraz en un pequeño fortín.