Por fin llegó la primera victoria del Real Zaragoza en pretemporada. La primera y la última ya que el choque de ayer frente al Girona fue la antesala de lo que le espera al conjunto de Baraja el sábado que viene cuando arranque la liga frente a Las Palmas.
Fueron dos Zaragozas distintos los que se vieron en Tarragona y en la tarde ayer en La Romareda. No era difícil tarea superar el nivel que mostró el equipo frente al Nástic, principalmente en intensidad. Como si de un escarmiento se tratase, los blanquillos salieron al terreno de juego con un ritmo totalmente distinto al que se les había visto en los dos últimos partidos. Buena noticia ésta a una semana del inicio de la competición, donde cada partido es clave.
Orden desde el 4-4-2
Baraja no varió en su esquema y volvió a plantar sobre el campo del municipal el sistema más clásico del fútbol: 4-4-2. Ésta vez coincidieron por primera vez Vuckic y Narváez, los que se postulan como delanteros titulares, al menos, para el sábado. Buyla no cambió de banda ubicándose en la derecha, y Lasure inauguró una variante táctica del libreto del Pipo que todavía no se había visto en el Zaragoza: doble lateral por delante de Nieto.
Con jugadores de más peso sobre el campo y ante un rival directo en cuanto a aspiraciones, el del Girona tenía que suponer la primera prueba de fuego del Zaragoza en esta atípica pretemporada. A diferencia de los anteriores partidos, durante la primera media hora de juego el equipo se plantó en un bloque medio para facilitar la presión en la salida de balón del rival. El ritmo y la intensidad impregnada en los jugadores de Baraja favoreció a este ejercicio defensivo que tuvo sus frutos en la primera parte con varias llegadas con peligro.
Pasada la media hora y con un gran despliegue físico maño, la intensidad bajó y la pelota fue del Girona. Desde una defensa segura y contundente, el Zaragoza jugó sus cartas y ganó el partido por uno a cero aprovechándose de un error rival.
Doble lateral, doble confianza
Sin duda, la variante táctica que más expectación generó en el aficionado fue ver a Nieto y Lasure ocupando la misma banda en aras de arropar mejor el costado izquierdo que tan poco protegido solía mostrarse.
A Lasure se le fichó para la Ciudad Deportiva como extremo. El paso del tiempo le fue retrasando la posición hasta debutar en el primer equipo como lateral zurdo. Por eso, las cualidades de Lasure no desentonan en esa posición más adelantada. Además, son bien conocidas por Baraja en su paso Tenerife la pasada temporada.
La dupla Nieto – Lasure se compenetró a la perfección lo que aportó, sobre todo, un mayor empaque en el sector izquierdo del Zaragoza. En defensa a penas se produjeron centros desde su banda estando siempre coordinados en las coberturas. Ofensivamente se vio un Lasure con las ideas muy claras ejerciendo de puente entre la defensa y la delantera con sus pases verticales. En la segunda parte Chavarría sustituyó a Lasure pero la idea no varío en su forma. Herramienta muy a tener en cuenta en los equipo del técnico vallisoletano.
Buyla, ser o no ser
Buyla está siendo sin duda uno de los protagonistas de la pretemporada por el papel principal que le ha otorgado Baraja. La sombra de Guti será muy alargada y Buyla tampoco es un centrocampista del mismo perfil, pero de él se esperan grandes cosas y minutos no le han faltado para poder demostrarlas. Eso sí, jugando desde el costado derecho, una demarcación inusual para el guineano que le limita en varios aspectos de su juego. De hecho, su naturaleza le empujaba a la zona del mediapunta en numerosos ataques del equipo y ahí fue donde más se le pudo ver con la pelota en los pies. A pesar de tener frente al Girona un mayor peso en el juego del equipo, siguió sin dar ese do de pecho que le otorgue una mayor confianza personal como colectiva. Reinventarse o morir.
Delantera complementaria
Si hablamos de parejas, hay que hacerlo de la que conformaron ayer Vuckic y Narváez. El eslovaco y el colombiano rindieron a un nivel óptimo en su primer partido juntos sobre el césped. El gol fue de Haris pero los galones los llevó Juanjo.
El juego de Baraja es mucho más directo del que nos tenía acostumbrado Víctor Fernández, y tener a estos dos delanteros arriba le supondrá todo un alivio al técnico. En primer lugar, el juego de espaldas de ambos destacó por encima del resto, siendo éste un manantial de faltas a favor y un desahogo para el equipo. A pesar de su menor corpulencia, Narváez dominó esta faceta a la perfección y se apropió del peligro ofensivo del Zaragoza. De sus botas nacieron los primeros disparos a puerta, además de aportar dinamismo al juego en zona de tres cuartos de campo.
Vuckic por su parte es un delantero diferente. Indescifrable. Jugó algo más retrasado que su compañero de delantera bajando más a recibir de los mediocentros para agilizar la salida de balón. Por ello es un delantero difícil de marcar debido a su continua movilidad sobre el campo y a su posicionamiento camoleónico en ataque. Suyo fue el único gol del partido y de la pretemporada del Zaragoza. Un gol de jugador listo que está atento siempre al posible fallo del rival con una definición fría de delantero con olfato.
Esta pareja está destinada a llevar el peso de los goles del Real Zaragoza durante esta temporada a la espera de la incorporación al equipo del Toro Fernández. Ayer demostraron que se entienden y que están preparados para empezar a competir.
Continuidad como bandera
El Girona fue el rival idóneo para definir de una vez los bocetos que había ido dibujado Baraja en los partidos anteriores. Está claro que el 4-4-2 va a ser la base sobre la que se asiente este nuevo Real Zaragoza, por lo que adquirir los automatismos y conceptos que requiere este dibujo debe ser clave para competir al máximo ante cualquiera.
En este aspecto cabe resaltar a un jugador que no ha brillado ni mucho menos en los tres partidos de “calentamiento”. Iñigo Eguaras se ha mostrado muy bajo de ritmo y demasiado impreciso con la pelota en los pies, algo anómalo en el centrocampista de Ansoáin. Iñigo es un jugador que pocos grises conoce: o brilla como el superclase que es o sufre un apagón inexplicable que conduce al equipo a una bajada de rendimiento. El mejor Eguaras debe volver por el bien todas las partes.
El de ayer fue muy interesante para sacar las primeras conclusiones en claro de lo que será este equipo. Doble lateral, delanteros complementarios, salida de balón escalonada, defensa posicional muy poblada, centros laterales, etc. La temporada está a punto de empezar y la pretemporada no pudo acabar de la mejor forma posible, con victoria y con los primeros brotes verdes del nuevo Real Zaragoza.