ZARAGOZA | Los cuatro primeros fichajes de Juan Carlos Cordero reflejan un cambio de tendencia. La ambición del proyecto se explica mejor a través de la dirección deportiva, que se movió rápido y bien en las primeras semanas del mercado. Maikel Mesa, Quentin Lecoeuche, Sinan Bakis y Toni Moya se probarán esta semana en los ensayos de pretemporada. Y la afición se ilusiona ante un verano distinto, en un inicio que se escribe a través de primeras opciones.
Maikel Mesa entiende el fútbol colectivo y maneja el arte de la sorpresa. Siempre fue un llegador, un mediocampista que se hizo a sí mismo en el área rival. Sus nueve goles en el último curso con el Albacete descubren a un jugador contrastado, lleno de soluciones para la categoría. Su fútbol ofrece una nota más: siempre hizo goles en los partidos de la verdad.
Quentin Lecoueche es quizá la apuesta más arriesgada de todas. Inédito en la competición española, se debe adaptar a un panorama diferente y a un fútbol totalmente distinto. En el vestuario ha sorprendido su velocidad y su capacidad de aprendizaje, aplicado también en un idioma nuevo. Bueno en el centro y en la progresión, será un competidor ideal en el perfil izquierdo para Carlos Nieto.
Sinan Bakis era el jugador más deseado en la carrera por el gol. Cordero persiguió su contratación, a pesar de que su rendimiento en Andorra le había puesto en el radar de equipos de Primera. Selló un principio de acuerdo en mayo que se hizo válido en julio. En el proceso, la mediación de Marc Aguado fue decisiva. El canterano ensayó una definición para su compañero: “Juega bien de espaldas, tiene mucha calidad aunque estéticamente no lo parezca y posee un golpeo muy violento. Es el típico jugador que enamora a La Romareda”.
Toni Moya llegó inmediatamente después y muchos lo consideran el mejor fichaje hasta la fecha. Dinámico, puede proyectar el juego del grupo y resolver la jugada por su cuenta. Tras lograr el ascenso con el Alavés, ha encontrado en Zaragoza un proyecto ambicioso y un lugar en el que será protagonista. Tiene fútbol y goles en sus botas.
Las cuatro llegadas no serán las únicas y Cordero peina el mercado en busca de una cualidad cada vez más difícil de encontrar: el regate. Hay varias tentativas para el lugar del extremo, pero el director deportivo medita primero las opciones de una operación salida imprescindible. De entrada, sus apuestas han conseguido renovar la ilusión de una afición incondicional. Sanllehí le dio las llaves de su idea a un arquitecto contrastado, al constructor ideal de una fórmula ganadora. El proyecto de la nueva propiedad ha nacido dos veces y se empieza a escribir con cuatro nombres.