Melero y ‘Cucho’ volvieron a ver puerta y siguen siendo los máximos goleadores del equipo azulgrana. El colombiano anotó por partida doble, cerrando el partido con un golazo desde fuera del área tras el tanto de de Zapater.
Este Huesca está de dulce y ya se sitúa segundo clasificado de LaLiga 1|2|3. Una vez más, en una de las citas más importantes de la temporada, volvieron a aparecer y a ser protagonistas dos futbolistas fundamentales en los planes de Rubi. Como ya hiciera en El Sadar, el capitán calcó su gol frente a Osasuna para recrearlo en El Alcoraz en todo un derbi para abrir el marcador. Tras un formidable centro de Ferreiro, Melero entró con todo a por un balón que acabaría en el fondo de la portería defendida por Cristian Álvarez.
Ya en la segunda parte, ‘Cucho’ haría el gol que desataría la locura en el feudo azulgrana. Un disparo fallido de Akapo se convirtió en una asistencia perfecta que la joven perla colombiana supo aprovechar para poner el 2 a 0 en el luminoso. Y tras un momento crítico después del buen gol de Zapater de falta a pocos minutos para el final, ‘Cucho’ volvió a hacer vibrar a El Alcoraz con un potente disparo desde la frontal del área. Y ya son 38 las veces que ha probado fortuna. Una vez más, el público quedaba perplejo al ver lo que un joven de 18 años era capaz de hacer sobre el césped, algo insólito en la humilde historia de este club.
Ahora mismo, ambos futbolistas se sitúan pichichis del equipo con 7 tantos cada uno. Y además, Melero ha igualado su cifra goleadora del curso pasado. De los 17 goles que ha marcado el Huesca hasta ahora, 14 de ellos han tenido como protagonistas al colombiano o al español, un dato que habla a la perfección de la importancia que tienen en los esquemas de Rubi. Dos jugadores que, gracias también al trabajo de todos sus compañeros, hacen que el suyo sea más efectivo y vistoso a ojos de cualquier aficionado.
Pero más allá de los goles que puedan marcar ambos, las sensaciones que dejan cada vez que tocan un balón son especiales y el espectador lo nota. El brío con y sin el cuero, el saber qué hacer en cada momento y la clase de los estandartes de este Huesca dan al aficionado azulgrana muchos motivos para seguir soñando en este trayecto del que nunca desean despertar.