ZARAGOZA | El Real Zaragoza cierra ante el Albacete una temporada en el alambre, que habita ya en el lugar de los peores recuerdos. Y que, por tanto, nunca debería olvidarse. El duelo será un trámite en la clasificación, la despedida de un sector del campo que es un símbolo, la huella de un pasado mejor. También se espera que pueda ser el punto de partida de un momento distinto.
El Gol Sur fue el sitio de Arrúa, el don de Lapetra, la zurda de Savio, los misiles del Toro Acuña, los remates de Milosevic, el cuchillo de Esnáider, el baile de Pardeza, los zarpazos de Villa o el látigo de Ewerthon. Fue tantas cosas que no caben en ningún inventario. Y que uno solo puede resumir con una metáfora: el Gol Sur fue también el hogar de los sueños.
Se medirá el Zaragoza al Albacete en busca de un beso al Gol. El homenaje de un estadio en vías de reforma, cohibido en el último tramo de su historia por las pesadillas. Jugará el equipo de Víctor Fernández con la certeza de que aquí en adelante volverá a ser el equipo de Víctor. A la espera del borrón y cuenta nueva que siempre ofrece el verano, y que en esta ocasión debe ser distinto en serio.
No habrá grandes rotaciones para el duelo, pero sí un equipo liberado tras la permanencia en Santander. Un grupo que estará a la espera del veredicto de La Romareda, decepcionada por el curso de los acontecimientos. Reunirá el Zaragoza algunas despedidas, con Fran Gámez como la más conmovedora de todas ellas. Y se espera del último partido un arrebato de amor propio, un triunfo para la hinchada.
Alejandro Francés debe decidir si quiere ser solo famoso o toda una leyenda. Le espera un verano lleno de rumores, plagado de sirenas. Mientras tanto, liderará de nuevo al equipo en la zaga. Unos metros por delante, Grau, Moya y Aguado se jugarán los dos sitios de la media. No faltará a su cita Maikel Mesa, mientras Mollejo, Liso y Azón se reparten el resto de puestos.
La irrupción de Liso es el mejor sello de Víctor, la muestra de que el talento vale por sí mismo, que no entiende de contextos. El último partido volverá a mostrar algo que ya parece escrito: el chico ha llegado para quedarse. Y merece un sitio en los planes de quien le ha descubierto para la élite.
La afición quiso que la temporada acabara hace tiempo y tendrá su final ante el Albacete. Llega un equipo en plena racha, que se ha alejado con luz propia de los peligros, que acumula triunfos y una dinámica salvadora. Para el Zaragoza será el final de un camino peligroso, de un paseo por el precipicio. Conviene cambiar la imagen, renacer desde los cimientos. Y al equipo le corresponde despedir El Gol Sur con una victoria, en honor a la historia, en beneficio de la nostalgia. Una nota más. Si el fútbol es la recuperación semanal de la infancia, en ese sector se reunieron los deseos más jóvenes, las promesas de todos los recreos.
Posibles alineaciones:
Real Zaragoza: Edgar Badía; Fran Gámez, Alejandro Francés, Jair Amador, Quentin Lecoeuche; Jaume Grau, Toni Moya, Maikel Mesa, Víctor Mollejo, Adrián Liso; Iván Azón.
Albacete FC: Bernabé Barragán; Carlos Isaac, Kaiky, Juan Antonio, Julio Alonso; Fidel, Riki, Olaetxea, Manu Fuster; Quiles, Higinio.