Hace hoy 45 años, Miguel Ángel Muñoz Sánchez “Míchel” nacía en Madrid; una vida ligada al Rayo Vallecano después, su proyecto con la SD Huesca, desde el que ha vivido sus dos últimos cumpleaños, continúa viento en popa. Muchas veces cuestionado, otras aplaudido, lo cierto es que el preparador ha hecho historia en la capital oscense, ganando la segunda división y ascendiendo al equipo a La Liga.
Era 1 de junio de 2018 cuando se hizo oficial su incorporación por el club azulgrana. Por aquel entonces, un Huesca descendido había sido rechazado por Francisco y se había puesto en manos de otro entrenador de perfil similar: joven, ambicioso, con juego vistoso y capacidad para potenciar a esas perlas para los que el Huesca es un trampolín. Meses después, tras todo el huracán de la trama Oikos, comenzó la temporada de la manera más ilusionante posible para terminar ascendiendo tras un curso de altibajos.
Desde que Michel está a los mandos de la SD Huesca, el conjunto oscense acumula 27 victorias, 12 empates y 16 derrotas, con 60 goles anotados y 52 recibidos en campeonatos de Liga. Bajo sus mandos, varios jugadores han debutado en primera división y plantean, para este fin de semana, ganar al Real Madrid en su estadio.
Hay míster para rato
A sus 45 años recién cumplidos, Míchel atesora ya varias decenas de choques en la máxima categoría del fútbol español, tanto como jugador como preparador del Rayo y Huesca. Su estilo de juego, asociativo y muy trabajado en el aspecto de la creación, ha dejado verdaderas obras de arte sobre el césped que han maravillado a propios y extraños. Sin embargo, el inmovilismo en cuanto a este estilo y su sistema le ha hecho pecar de predecible en ciertos tramos. Esto ha ocurrido especialmente cuando se acumulan partidos ante equipos que renuncian a la posesión para atacar los espacios a la contra.
La temporada en primera división ha empezado con unas sensaciones muy positivas, aunque estas se van apagando lentamente conforme los resultados no llegan al nivel del juego. Pese a ello, el técnico madrileño confía ciegamente en su plantilla y pretende ganar al Real Madrid en su propio campo como auto-regalo de cumpleaños. Esto alejaría, de una vez por todas, los fantasmas que puedan rondar el vestuario oscense.