ZARAGOZA | Después de una de las semanas más ilusionantes de los últimos años en el mercado, la afición espera noticias para la siguiente. Juan Carlos Cordero maneja los tiempos y abre un panorama distinto: el momento de las sinergias. La relación entre el Atlético de Madrid y el Real Zaragoza es una de las novedades de la nueva propiedad y fue especialmente productiva en el curso pasado con la aparición de Giuliano Simeone, una estrella en ciernes.
Víctor Mollejo y Carlos Martín, cada vez más cerca
El Real Zaragoza quiere repetir esa fórmula en este nuevo curso y Carlos Martín ilusiona más que ninguna otra posibilidad. Tiene talento, poderío físico, un gran golpeo y una relación muy especial con el gol. Uno de sus técnicos definió para este medio sus cualidades a través de una comparativa: “No tiene tanta pelea como Giuliano, pero sí más calidad. Giuliano crece a partir de la ambición. Carlos Martín tiene todos los recursos a su alcance, pero los descubre sobre la marcha”.
El regreso de Víctor Mollejo también parece próximo, aunque están por pautar los tiempos y las formas. El futbolista percibe una cantidad cercana al millón de euros y el Real Zaragoza no puede asumir la totalidad de su salario. Si el club quiere asegurarse su propiedad, necesita que el jugador haga un esfuerzo y que medie una rebaja. Otra opción que no se descarta es que se calque la estrategia del curso pasado, con una cesión pura y dura y el reparto de su ficha.
Las dos primeras operaciones parecen sólo cuestión de tiempo y dependen de que el Real Zaragoza las active en las próximos días o semanas. Si nada se tuerce, Víctor Mollejo y Carlos Martín jugarán la próxima temporada en La Romareda. El caso concreto de Martín ofrece un matiz. El canterano está mostrando su talento en una nueva pretemporada y cada paso que da en el primer equipo rojiblanco le añade un pretendiente más en el fútbol español. Aún así, el Zaragoza sigue teniendo la patente sobre el futbolista y la hermandad entre Gil Marín y la nueva propiedad juega a favor de los blanquillos.
Santiago Mouriño y Germán Valera, las dos vías que restan
El Zaragoza busca en el mercado algunas soluciones pendientes para su plantilla. El cuarto central queda sin cubrir y Cordero quiere darle velocidad y desborde a su plantilla en los extremos. En ese lugar de la escena aparecen Santiago Mouriño y Germán Valera, dos opciones tan sugerentes como complejas para el Zaragoza.
Santiago Mouriño acaba de llegar a Madrid procedente del Racing Club de Montevideo. Sus condiciones son las de un defensor poderoso, veloz a campo abierto, vencedor en el cuerpo a cuerpo. Algo anárquico todavía en los conceptos defensivos, su juego necesita un proceso de adaptación al fútbol europeo. Diego Simeone quiere verle en pretemporada y decidir si el uruguayo puede seguir en este curso la estela de sus ídolos, Diego Godín y José María Giménez.
En ese contexto, la cesión a Zaragoza podría ser favorable para el defensor de 21 años, pero los requisitos de la negociación le alejan, al menos de momento, de La Romareda. Fuentes cercanas al club rojiblanco, dicen que el Atlético de Madrid quiere incluir una cláusula que exija un mínimo de partidos. En Zaragoza tendría que compartir su posición con Jair, López y Francés y, por tanto, no se le pueden garantizar los minutos que el Atlético sí quiere para él.
El caso de Germán Valera parece el más lejano de todos. El Atlético de Madrid prioriza el crecimiento del jugador, distinto en el regate y en el fútbol. Su zurda ha despertado el interés de muchos equipos y el Real Zaragoza no vence en esa carrera. A pesar de la proximidad institucional entre los dos equipos, solo un posicionamiento firme del jugador le podría acercar de un modo definitivo a La Romareda.
Los secretos de las sinergias se escriben entre bambalinas. El Atlético actúa sin prisa, en busca de un juego con el tiempo. Examina cada caso concreto y ha decidido marcar una pauta estratégica: solo ejecutarán aquellos movimientos que mejoren las carreras de sus futbolistas. Juan Carlos Cordero medita sus pasos y no tardará en desbloquear las operaciones de Víctor Mollejo y Carlos Martín. El director deportivo tiene, eso sí, unos principios básicos: quiere construir un equipo que sienta como suyo y solo le interesan aquellas sinergias que sean beneficiosas para el Zaragoza.