Rubén Albés dirige a un Lugo práctico e irregular, que juega en la categoría de plata un fútbol que se ajusta a las claves de la competición.
El equipo gallego se ha acostumbrado a vivir en el alambre, cerca del precipicio. En estos años, nunca estuvo tan cerca del descenso como el curso pasado, cuando se aferró a la categoría en el tramo final contra todo pronóstico. Esta temporada transmite una sensación similar, quizá porque no han cambiado demasiadas cosas en su proyecto.
Los números del CD Lugo
En sus primeros seis duelos calca el recorrido del Zaragoza, con tres empates, un triunfo y dos derrotas. Aún así, las sensaciones son opuestas: sobre el Lugo pesa la sospecha de que no merece más puntos de los que tiene. Las diferencias se aprecian en el método: el equipo gallego abraza un fútbol más tradicional, vinculado al juego directo y al desequilibrio por los costados.
El equipo que dirige Albés acumula 3´6 tiros a puerta por partido y al grupo le sienta bien la piel de cordero durante los encuentros. Todos sus puntos los ha conseguido en partidos que tuvieron un punto en común: nunca superó el 50 % de posesión. Se repartió el balón ante el Oviedo, se lo entregó a la Real Sociedad (33%) y Fuenlabrada (47%) en partidos que acabaron en tablas y jugó su mejor partido ante el Huesca. Nunca remató tanto como ante el equipo oscense (21 disparos y 8 de ellos entre los palos) y no superó el 38 % de posesión en su única victoria.
Las variantes de Albés
El Lugo se maneja mejor en el juego directo, en el dominio de las segundas jugadas y en el fútbol más vertical. Le interesan más los atajos que propone Valentín desde el costado que el talento de Hugo Rama en la creación. Le seduce la profundidad y a menudo desprecia las cadencias de pases y las pausas.
Albés ha mantenido el bloque del curso pasado y sobre el dibujo pesan pocas variantes. El Lugo se mueve en un 4-3-3 en fase ofensiva y en un 4-5-1 en el repliegue. El técnico vigués decidió cambiar el sistema e introducir un defensa más en dos ocasiones. Y la fórmula estuvo lejos de mejorar al equipo: lo hizo ante el Valladolid y Cartagena y el Lugo firmó sus dos derrotas del curso.
Xavi Torres es una de las piezas estratégicas que valora Albés para su sistema. Es el máximo pasador del grupo (225) y el tercer jugador que más minutos ha disputado (508). Sus años en el fútbol y su dominio de la posición le permiten actuar como ancla o como tercer central. En la media, hay un reparto de tareas estable: Hugo Rama aporta su calidad, Señé el despliegue y la llegada. En la zaga, mezclan Ros Martínez y Diego Allende. El primero es el futbolista más utilizado por Albés (518 minutos) y el jugador que más balones recupera del grupo (13). Alende le acompaña en una retaguardia que completan Edu Campabadal y Orest Lebedenko.
En la portería, el ex zaragocista Óscar Whalley ha protagonizado 11 paradas en 5 partidos, pero no podrá ocupar su puesto de titular por una lesión en un dedo. Lo más probable es que repita Fran Vieites, que no pudo evitar la victoria del Cartagena en el último duelo.
En el banquillo esperan dos emblemas del club como Carlos Pita y Seoane. Más allá de su peso en la historia del club, en la temporada solo han sumado una titularidad cada uno.
El sistema ofensivo del Lugo
Las claves de este Lugo no se entienden sin el desarrollo del juego por los costados. En el lado derecho, vuela Gerard Valentín. El catalán representa un perfil de jugador en desuso: es un extremo que disfruta a banda natural, en busca del quiebro y del centro definitivo.
Regatea más que nadie en el cuadro de Albés (12) y ya sabe lo que es marcar y asistir en la competición. En el otro costado, Chris Ramos está en estado de gracia. Tiene facilidad para ganar la banda, aparece en zonas intermedias y busca la referencia de Barreiro.
En el banquillo guardan su turno Joselu Moreno, Carrillo y Jaume Cuellar, que ya han sumado goles como revulsivo.
Los goles como síntoma
Los tantos del Lugo resumen sus patrones de ataque. Albés le concede una importancia vital al fútbol directo y las jugadas de estrategia. 3 de sus 7 tantos han llegado a balón parado. Y dos de ellos los anotó Manu Barreiro, que es el nombre del gol en este Lugo. La velocidad de sus extremos ha sido el germen de otros 3 tantos, con protagonismo para Valentín y Ramos. El gol que resta lo marcó Carrillo en un rechace en el área.
Los 9 tantos encajados reflejan también los defectos del grupo. Domina la estrategia ofensiva pero sufre en las acciones defensivas (el 44% de los goles recibidos parten del balón parado). Sus defensores no siempre se perfilan bien y conceden oportunidades en el centro lateral y en la vigilancia del área, como sucedió en los goles ante Oviedo y Fuenlabrada.
La línea defensiva no es excesivamente veloz y tiembla en las situaciones de transición. Lo probó el Valladolid en sus dos tantos y lo mostró también el Cartagena la semana pasada en el gol definitivo.
El Anxo Carro y el Zaragoza
Uno de los factores esenciales de las temporadas del Lugo es el rendimiento en el Anxo Carro. En los tres duelos que ha jugado esta campaña en su estadio ha probado todas las suertes del fútbol: el empate ante el Sanse, la derrota frente al Valladolid y el triunfo ante el Huesca.
El Real Zaragoza llega al Anxo Carro para desequilibrar esa estadística y romper la igualdad entre dos equipos cercanos en la clasificación y lejanos en el juego. Se medirá a un Lugo con claroscuros, entregado a la magia de su estadio, a la pizarra de Albés y al fútbol sin retórica.