HUESCA | Ángel Martín González marcó unos tiempos durante la pasada temporada que parece que va repetir en este mercado con el Huesca. Según ha podido saber SPORTARAGÓN, al club le espera un mercado largo y con poco presupuesto, por lo que se puede repetir el patrón de la pasada temporada. Al máximo responsable deportivo le gusta hacer públicos sus fichajes cuando ya están en la capital altoaragonesa e incluso cuando han pasado el reconocimiento médico. La pasada campaña tardó más de un mes en anunciar su primer fichaje propio, ya que tanto Soko (10 de junio) como Vilarrasa (24 de junio) fueron realizados por Rubén García. El primer fichaje de AMG fue Jeremy Blasco y llegó justo a tiempo para realizar la pretemporada de Benasque. Tras el stage en La Ribagorza llegó Kanté y poco después Hasimoto. En agosto se hizo con Villar, Sielva, Carrillo y en los últimos coletazos del verano a Rubén Pulido. En total ejecutó nueve refuerzos. Su trabajo cuando llegó al club se centró en rescindir a Ferreiro, Insua, Mosquera o Buffarini. Con el espacio salarial de estos cuatro jugadores durante el mes de junio pudo acometer los nueve fichajes que necesitaba. La paciencia de su aliado, Cuco Ziganda, fue clave. El entrenador no levantó la voz en un solo momento y respaldó en todas las comparecencias a su director deportivo. Como consecuencia, Cuco tiró de la cantera sin ningún tipo de problema y en las primeras jornadas apostó por Anglada, Tomeo y Kevin Carlos. Las salidas de Sandro y de Álvaro fueron dos asuntos que tuvo que resolver en la recta final del mercado. Los oscenses consiguieron sacar tajada económica con sus cesiones y así poder acometer los últimos refuerzos.
Mercado invernal
En el mercado invernal la figura de Cuco Ziganda ganó en importancia ya que trajo a dos jugadores que había tenido a sus órdenes en Oviedo, a Juanjo Nieto y a Obeng. Los otros dos refuerzos llegaron tras la buena sintonía entre Ángel Martín González y Osasuna, y así llegaron los fichajes de Javi Martínez y de Juan Pérez. En cuanto a salidas, el club hizo números para poder hacer sitio a esos refuerzos. Los oscenses se tuvieron que deshacer de Escriche, Villar y Kevin Carlos, que no habían cumplido con las expectativas goleadoras, y vendió a Pitta al Cuiabá.