Primera División es un premio al alcance de muy pocos, un regalo del que disfrutar pero que, a su vez, es muy complicado de retener. Nos cansamos de escuchar que, en esta categoría, los pequeños detalles marcan la diferencia de estar en una posición a estar en otra; de estar salvados, a caer en el descenso. La SD Huesca ha descuidado esos detalles en numerosas ocasiones, sobre todo en los minutos finales, lo que les ha costado muchos puntos.
El último partido contra el Real Madrid, donde el conjunto de Pacheta cayó en el 84, volvió a destapar ese nerviosismo en los últimos minutos que tanto se ha podido ver en la primera vuelta de la temporada. En total, hasta siete puntos podrían haber ganado los azulgranas si hubieran logrado mantener su portería intacta en los instantes finales de cinco encuentros.
De cuatro posibles empates, tres de ellos a cero, el equipo altoaragonés acabó sin sumar ni un solo punto. En-Nesyri se encargó de ello en el 83 con el Sevilla, Kodro y Unai Núñez lo hicieron en los últimos cinco minutos para el Bilbao, Mandi y Sanabria hicieron lo suyo para dar la victoria al Betis y Varane arrebató el premio al buen trabajo de la SD Huesca el pasado sábado.
Sin embargo, de todos ellos, el partido que más dolió fue el de Granada. Okazaki firmó lo que parecía ser la primera victoria de Míchel con un golazo desde lejos en el minuto 82, pero el rival no bajó los brazos. Molina, en el 88, recortó las distancias y tan solo dos minutos después, Germán Sánchez igualó la contienda. A punto estuvo el partido de ser un drama todavía mayor pero el palo evitó la hecatombe total.
De la tranquilidad al drama
Está claro que el pasado, pasado está y no es productivo darle más vueltas; pero también es cierto que es inevitable aventurarse a ver cómo hubiese estado actualmente la clasificación de no haber perdido esos seis puntos. La SD Huesca tendría 22 puntos y estaría fuera de los puestos del descenso, empatados con el Osasuna y el Alavés y a dos del Éibar y del Real Valladolid que marcarían el descenso. El Elche sería el colista con 18 puntos. Y esos son los pequeños detalles.
El conjunto altaragonés también ha recibido dos goles más en los instantes finales, contra el Cádiz y en la ida contra el Real Madrid; no obstante, los resultados ya eran adversos en estas ocasiones, por lo que no se ha tenido en cuenta para este análisis. Los de Pacheta viajan a Sevilla para afrontar uno de los partidos más complicados de la temporada. Los fantasmas del 28 de noviembre reaparecen, justo una semana después de haber recibido el mismo dardo envenenado. El burgalés ha logrado fortalecer la defensa, encontrar la chispa en el ataque. Ahora, debe dar con la concentración en los minutos finales.